El Gobierno permitió que las empresas empiecen a girar desde enero divisas a sus casas matrices o compañías vinculadas en concepto de los intereses de la deuda atrapada dentro del “cepo”, y que alcanza un monto global que se estima en US$20.000 millones. Aunque no hay estimaciones sobre la demanda real, se calcula que podrían significar pagos entre US$150 millones y US$200 millones mensuales a partir de enero.
Como en todas las medidas de apertura del cepo que viene tomando el Banco Central de la República Argentina no resuelve el problema del stock de divisas que podría demandar el sector privado si se levantan las restricciones sino de evitar que siga creciendo.
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La medida se tomó dos días después del encuentro que el ministro de Economía, Luis Caputo, mantuvo con los principales accionistas de las empresas más grandes del país, nucleados en la Asociación de Empresarios de Argentina (AEA), entre otros Paolo Roca de Techint, una de las primeras empresas que declaró el default intrafirma.
El BCRA dispuso en 2020 una serie de regulaciones que obligaban a las empresas a utilizar los dólares propios (activos externos líquidos depositados en el exterior) antes de poder comprar divisas para pagar deudas financieras o comerciales, a reestructurar el capital de la deuda en una proporción de 60/40 e impedían el pago de deuda intraempresa.
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La norma todavía restringe el pago de deuda de una empresa a otra empresa vinculada (sea esta del mismo grupo, su controlada o controlante). Pero ahora podrán empezar a girar divisas en concepto de los intereses que genera esa deuda aunque todavía no podrán cancelar ni el capital ni los intereses acumulados.
Según un trabajo del año 2022 del BCRA, desde la adopción de las medidas de regulación del pago de deuda en septiembre de 2020 se habían evitado pagos de deuda con impacto en el mercado cambiario por US$ 26.635 millones, distribuidos US$12.756 millones por toda la deuda con empresas vinculadas y US$ 13.889 millones por reestructuraciones de vencimientos de deuda con no relacionadas. Esos US$12.756 millones son los que se estiman que crecieron hasta los actuales US$ 20 mil millones.
Lo que autorizó este jueves 19 de diciembre el directorio del Banco Central de la es que autoriza a las empresas a acceder al Mercado Libre de Cambios (MLC), sin conformidad previa, para cancelar los intereses compensatorios devengados a partir del 1° de enero de 2025, por deudas financieras con sus empresas vinculadas.
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El caso emblemático de las empresas que no pudieron hacer frente a vencimientos con sus relacionadas fue el Tecpetrol S.A., la petrolera del Grupo Techint, que en septiembre de 2020 no pudo acceder a dólares oficiales para pagar préstamos con su casa matriz por un total de u$s370 millones.
Estos préstamos habían sido otorgados a la filial local de Tecpetrol Internacional S.L. como parte de una inversión por u$s2.100 millones en Fortín de Piedra, un área de 243 km2 en Vaca Muerta.
Ante la imposibilidad de conseguir los dólares, Tecpetrol informó aquel año de la situación a la Comisión de Valores, a BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos) y al Mercado Abierto Electrónico con tres cartas, cada una por cada vencimiento que se produjo.
Ahora, Roca logró después del almuerzo con Caputo que se destrabara y cuatro años después podrá girarse dólares entre sus propias empresas. En la mesa con el ministro, estaban también Cristiano Rattazzi, Carlos Miguens, Jaime Campos, Luis Pagani, Héctor Magnetto, Sebastián Bagó, Federico Braun y Alejandro Bulgheroni.
En ese encuentro no trascendió ningún reclamo por la caída del consumo interno que afectó a la mayoría de las empresas sino todo lo contrario, un reconocimiento a “la convicción del gobierno de avanzar decididamente en la reducción del peso del estado sobre la sociedad civil” que consideran el “prerrequisito imprescindible para echar las bases de un crecimiento basado en el protagonismo del sector privado”, según las palabras de Campos.