Las previsiones de cosecha siguen en baja y presiona al dólar

Los precios de las materias primas están a la baja; esto afecta tanto al complejo sojero como maicero. La ola de calor recortó los rindes de soja para la zona núcleo.

28 de febrero, 2024 | 00.05

El maíz ocupa un rol protagónico en la producción y las exportaciones argentinas; es el segundo complejo exportador más relevante. En 2023 aportó 6.409 millones de dólares en exportaciones, un 33% menos que el año anterior. La caída estuvo explicada por las consecuencias de la sequía. Para la cosecha 2023/2024 se augura un incremento productivo del 58%. Sin embargo, lo que jugaría en contra en este período serían los precios internacionales de las materias primas, que se encuentran a la baja. Esta situación afectará tanto al maíz como al complejo sojero. A su vez, la última ola de calor que afectó a la zona núcleo perjudicó los rindes de soja, situación que podría impactar en los ingresos de divisas.

“La sequía que marcó la campaña 2022/23 derivó en una pérdida de superficie del 22% y el peor rendimiento desde 1996, guarismos que se vieron reflejados en la magra exportación del complejo, siendo el menor volumen exportado desde el año 2018. Sin embargo, las proyecciones para la campaña 2023/24 anticipan un incremento de 58% de la producción con respecto a la campaña pasada”, puede leerse en un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Sin embargo, la recuperación de las exportaciones se insertaría en un contexto de precios internacionales del cereal a la baja. “Proyectamos el valor de las exportaciones de maíz para todo el ciclo 2023/24 en 7.657 millones de dólares, un incremento de 1.289 millones en el ingreso de divisas. Así, el crecimiento estimado de las ventas externas en valor podría alcanzar el 20% interanual, siendo considerablemente menor que el aumento en el volumen. Todo esto si se mantienen los precios internacionales actuales”, agregaron desde la BCR.

En este sentido, se espera que el valor exportado por el complejo maicero disminuya levemente su participación respecto del año previo, alcanzando el 9,5% del valor exportado.

Clima

“La ola de calor y la falta de precipitaciones, ocurrida sobre finales de enero y durante los primeros días de febrero reveló un impacto sobre los componentes del rendimiento. Esto ha ocasionado mermas sobre rendimiento potencial, principalmente sobre la soja de primera que transita su período crítico”, puede leerse en un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba.

Por su parte, desde la Bolsa de Rosario recalcularon los rindes para la zona núcleo en función de la ola de calor que pegó en la región durante la última parte de febrero. “Un mes atrás, se proyectaban 20,2 millones de toneladas en la zona núcleo; a pesar de las lluvias, la intensa ola de calor dejó una cosecha de 17,4 Mt para la zona.

“Hace un mes atrás, las buenas condiciones que dejaban las lluvias de la primera quincena de enero entusiasmaban al sector. Este nivel superaba el horizonte productivo de normalidad que se trazaba para la región. Un pronóstico de 10 días sin lluvias asomaba a la vista. Finalmente, se convirtieron en 3 semanas de una ola de calor que golpeó a la soja en el peor momento. El estrés termo hídrico superó las capacidades del cultivo. Como resultado, se sumaron a las pérdidas por granizo y excesos 100.000 ha de soja de segunda”, concluye el informe de la Bolsa de Rosario.

Así y todo, se espera una cosecha total de la soja cercana a las 50 millones de toneladas.

Yuyo en venta

Tras la devaluación de Caputo, los grandes productores y exportadores concretaron operaciones que dieron cuenta de cierta aceleración de los contratos durante diciembre y enero. Sin embargo, esa ventana de oportunidad se cerró rápidamente.

“Las ventas de soja de la nueva cosecha (Abril 2024) forward o futuras, tuvieran cierta reactivación durante los meses de diciembre y enero, una vez conocida la medida anunciada por el gobierno, acerca de la exclusión del tema fiscal (retenciones) para el tratamiento de la Ley Ómnibus pero luego empezaron a caer frente a la incertidumbre”, explicaron desde la cámara que reúne a las grandes exportadoras (CIARA –CEC).

Según datos del BCRA, las ventas registraron en enero una suba del 96% en relación al mismo mes de 2023. Después, todo se fue a la baja. En los últimos diez días, su valor en la pizarra de Rosario descendió un 14%. El viernes pasado los contratos marcaban 237.000 pesos por tonelada; este martes, con 6000 toneladas operadas, el precio se ubicó en los 240.000 pesos.

Costos

La baja de los precios en las materias primas termina pegando en los costos de los productores. Esto se aprecia en la relación precio / insumo. Por ejemplo, según estimaciones de la Consultora AZ-Group, en la actualidad se requiere un 27% más del cereal para comprar una tonelada del principal fertilizante que demanda la campaña maicera.

En el caso del gasoil, los productores también enfrentan mayores costos, impulsados tanto por la puja inflacionaria del Gobierno de Milei como por la baja del precio internacional de este cereal. Para comprar 100 litros de gasoil, deberían vender 0,6 toneladas de maíz, un 40% más que el promedio de los últimos tres años. 

La soja vive una situación similar. Este año se requeriría un 29% más de granos para comprar la misma cantidad de fertilizantes que los últimos tres años. En el caso del gasoil, el incremento también supera el 42%.