En medio del ajuste educativo y científico, la economía del conocimiento crece entre las exportaciones

Pese al rumbo tomado por Milei, para 2024 se espera que las exportaciones ligadas a la economía del conocimiento crezcan un 30% y alcancen los u$s10.000 millones. El año pasado, por la sequía, el complejo agrario liquidó u$s 19.742.

15 de febrero, 2024 | 00.05

Argentina pasó del puesto 22 en el ranking de exportadores en la década del '50 al escalafón 45 en la actualidad en un mercado que mueve más de 32 billones de dólares al año: el comercio agropecuario. Por el contrario, el avance de las ventas de las economías del conocimiento, sin efectos contaminantes y producto de la Educación que el gobierno actual tanto desmerece, se duplicó en los últimos casi 20 años. Para este año, el ingreso de divisas se prevé alcanzará unos 10.000 millones de dólares. Pese a la mejora en el ingreso de divisas, la restricción externa se profundizó por la fuga de capitales y endeudamiento, y los indicadores sociales se ubican en sus peores registros. En ese contexto, la Educación y la Ciencia y Tecnología son gastos superfluos para la administración de La Libertad Avanza.

El gobierno nacional suspendió, al menos hasta el momento, el pago a las provincias del Fondo Nacional del Incentivo Docente (FONID), nada menos que el acuerdo que marcó el levantamiento de la carpa blanca montada en la nefasta década menemista, que transfirió sin financiamiento las escuelas nacionales a las provincias. Pero la quita de aportes es aún más amplia y abarca el Fondo de Compensación Salarial, los ítems salariales de Conectividad —creados durante la pandemia— y material didáctico, que componen un importante porcentaje del salario docente ya en objetiva caída. También incluye el financiamiento de los programas educativos nacionales como la extensión de la jornada escolar, los planes de lecturas y el fondo de infraestructura escolar.

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Las últimas proyecciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) proyectan que las exportaciones por mercancías y servicios superaron algo más de 32 billones de dólares (millones de millones) el año pasado. “Para ponerlo en perspectiva, esto equivale a casi 51 veces la producción de bienes y servicios finales (PBI) de Argentina en el mismo año, con lo cual el potencial mercado para la exportación es prácticamente infinito”, sostuvo el informe de la Bolsa de Rosario que realizaron Francisco Rubies y Emilce Terré.

Si se toman promedios anuales, en la década del cincuenta se ubicaba en el puesto 22 de más de 200 países en términos de valor de exportaciones, con una participación del 1,12 por ciento sobre las exportaciones mundiales. Los únicos países de Latinoamérica que la superaban eran Brasil, que se ubicaba en la 15va posición (1,6 por ciento de participación en el total), y Venezuela con su 13ra posición y una participación de 1,8 por ciento.

En el año 2023, las exportaciones de Argentina sumaron 66.788 millones de dólares, un 24 por ciento menos que en el año previo, por el efecto de la sequía. “Esto significó una participación del 0,22 por ciento en las exportaciones mundiales”, señaló informe del mercado rosarino. Pese a la importancia histórica del sector granario, que el año pasado aportó 19.742 millones de dólares, de acuerdo con el sondeo de la cámara aceitera y cerealera. Desde fines del siglo XX, los servicios fueron adquiriendo un rol preponderante, incrementando su importancia en la economía global y su participación en el comercio.

Exportar conocimientos y no cerebros

Para el 2022, el rubro servicios representó el 22 por ciento de las exportaciones mundiales totales. Además, por su naturaleza, los servicios son en gran medida intensivos en conocimiento y recursos humanos. Actualmente, las exportaciones mundiales de servicios alcanzan más de 7 billones de dólares, con un crecimiento sostenido en las últimas décadas.

Si se analiza la evolución de los últimos tres lustros y lo que va del actual, se advierte que Argentina detenta la segunda posición como exportador neto de servicios de entre los principales países de Sudamérica, mientras que se ubica alrededor de la posición 50 en el ranking mundial. Brasil mantiene la mejor performance, al igual que con las mercancías, y ronda el ranking 30 en la tabla global.

Entre los principales servicios exportables, se destaca la economía del conocimiento, técnicamente definida como Servicios Basados en el Conocimiento (SBC). El enfoque del sector está puesto en activos intangibles. No se produce nada físico; o es una aplicación, o es un proceso de datos, o es una mejora de un proceso ya existente, etc. La industria responde con servicios de calidad y se consolida como uno de los sectores de mayor crecimiento sostenido a pesar de los vaivenes de la economía local.

El año pasado, las empresas tecnológicas tuvieron récord de contrataciones en el primer semestre, con un incremento interanual del 5,9 por ciento, una incorporación de casi 30.000 nuevos trabajadores en blanco. El sector emplea a 486.000 trabajadores calificados y representa el 7,4 por ciento del total del empleo privado nacional, según un sondeo de Argencon, entidad que nuclea empresas prestadoras de servicios basados en el conocimiento.

Para 2024 se espera que las exportaciones ligadas a la economía del conocimiento crezcan un 30 por ciento y alcancen los 10.000 millones pesos, demandando cada vez más creación de puestos de trabajos

Las ventajas de buscar trabajo en la economía del conocimiento son varias. Además del home office asegurado, se abre un mercado global donde uno no está sujeto a trabajar en Argentina, sino que brinda servicios al exterior, es decir, cobra en dólares. La variedad de salarios en el área es muy grande. Pero en promedio, un trabajador sin mucha experiencia que ofrece servicios de datos al exterior puede estar ganando 1000 dólares mensuales, un salario mínimo para el rubro.

No hay una edad específica ni restrictiva para acceder al sector, pero generalmente la gente que se empieza a dedicar a esto es joven, desde los 16 hasta los 30 años, en promedio. Los puestos más demandados son Data Analyst, Programador y Desarrollador Web. Títulos universitarios como ingeniero en sistemas, ingeniero en computación o egresado de la carrera de datos ayudan mucho a la hora de armar un CV.

Pero también puede haber gente que se especializa en la economía del conocimiento con un bagaje previo de otra cosa. Por poner un ejemplo, un economista puede utilizar la ciencia de datos para mejorar procesos dentro del mundo de las finanzas. ¿Cómo? Generando un Bot que haga inversiones en la bolsa, un dashbord que visibilice alguna tendencia en el mercado o una aplicación que alerte cuándo comprar y vender.

Algunos conceptos básicos que se deben considerar para iniciarse en este mundo digital consisten en tener un alto nivel de inglés, un lenguaje de programación (R y Python), lenguajes de manejo de base de datos (SQL), y algún manejo intermedio de herramientas de visualización de datos (Power BI, Tableau Loocker).

De acuerdo con datos de la ex Secretaría de Economía del Conocimiento, el sector tecnológico tiene una demanda constante de personal calificado estimado en, mínimo, 10.000 búsquedas anuales dentro del país, con grandes oportunidades para la salida laboral en los estudiantes de tecnología. Además, la industria ofrece salarios hasta 84 por ciento superiores al promedio nacional. Perfiles profesionales y técnicos, tanto en las áreas de software y servicios informáticos, así como en biotecnología, bioquímica, microbiología, bioinformática y tecnología aplicada al agro, están entre los más requeridos por las compañías.

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