“No sería mala idea que los empresarios compremos bonos argentinos así ayudamos a bajar el riesgo país”, planteó en las últimas horas por la red social X el ex banquero Gabriel Martino, exponiendo el fracaso de la política monetaria y cambiaria de la administración de Javier Milei que se propuso bajar la brecha entre el dólar financiero y el oficial y terminó destruyendo el valor de los títulos públicos y disparando el riesgo país a cerca de los 1.600 puntos alejando cualquier posibilidad de acceso a los mercados voluntarios de deuda.
Martino la tiene clara: “Con un EMBI de 800-1000 (puntos básicos) no sólo el Soberano tendría acceso a mercado sino los privados para desarrollar proyectos de inversión. Una forma de ayudar. Fin”, concluyó su mensaje.
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Sería todo un cambio de paradigma, que terminaría por redondear un giro copernicano desde las posiciones libre mercadistas con las que llegaron al poder a intervenir desde el Banco Central en el mercado financiero y coordinadamente con el sector privado en el mercado de títulos. La Libertad, dejaría de Avanzar.
La inestabilidad financiera se potenció en el gobierno de Milei desde la fatídica conferencia de prensa del ministro de Economía, Luis Caputo, y su socio en la actividad privada y presidente del Banco Central, Santiago Bausili, en la que anunciaron un plan para pasar el stock de pasivos remunerados a deuda del Tesoro.
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Una semana después y frente a la desconfianza de los mercados, Milei anunció desde Estados Unidos la intervención en el mercado financiero de cambios a través de la venta de los dólares que el BCRA compra en el mercado oficial.
La idea, explicada por Caputo, fue absorber los pesos que se emiten para comprar reservas. Como el BCRA compra dólares más baratos en el oficial y los vende más caro en el financiero, podría acumular reservas marginalmente.
El mercado terminó por comprender que los anuncios no avanzaban en la profundización de un proyecto sino en manotazos desesperados para intentar encauzar el plan de dolarización endógena que idearon Milei y Caputo y encuentra rechazos hasta en el Fondo Monetario Internacional.
Una de las necesidades más condicionantes del modelo es lograr una baja de la inflación para que deje de apreciarse el peso, como viene sucediendo desde la devaluación que realizó apenas inició la gestión Milei.
Y el movimiento de los dólares financieros había recalentado los precios en la primera y segunda semanas del mes. Según el indicador de alta frecuencia de la consultora Econviews, subió 1,6% y 3,7%, respectivamente, la canasta de alimentos, perfumería y limpieza en los supermercados revelados.
La improvisación con la que Milei y el equipo económico manejaron los anuncios terminó por poner en pausa el proceso de desinflación y, fundamentalmente, alejar cualquier posibilidad de rebote de la economía y de capacidad del BCRA de mejorar su posición de reservas internacionales, los dos factores que hoy están en la mira de los que siguen la evolución de la experiencia libertaria.
“Hay que acumular reservas. El resto es show”, explicó a El Destape un analista de Wall Street que sigue más por vocación que por compromiso el día a día de la economía argentina. Agregó: “Es necesario ver un rebote de la economía y, como dice el Fondo, sustentabilidad social en el ajuste”.
La liquidación de activos argentinos que se realizó esta semana demuestra la desconfianza total que generaron los anuncios. La caída de los dólares financieros fue producto del desplome de los títulos públicos de inversores dispuestos a salir a cualquier precio.
El consultor Christian Buteler lo explicó en X. El viernes, el dólar blue se conseguía a $1.500 mientras el riesgo país se ubicaba también en 1.500 puntos. Este martes, el blue bajó a $1.395 y el riesgo país se disparó a 1.605 puntos. “Tremendo trade-off metieron, la manta corta que le dicen”, sentenció
El ex viceministro Carlos Rodríguez, que decidió alejarse de los equipos económicos de Milei, también lo explicó en la red social X: “Si quieren bajar la brecha a lo bestia, hay que pagar los costos del instrumento que usan=> -Menos Reservas: más riesgo país, Caen Bonos y Acciones, menos inversión, más recesión. -Menos Importaciones: más recesión.”
El ex banquero Martino tiene razón: si el Gobierno no logra bajar el riesgo país al rango de los 800 a 1.000 puntos, no podrá salir a colocar deuda en los mercados voluntarios. Tampoco seguramente logrará cerrar un acuerdo de financiamiento con los fondos de inversión de Qatar o Arabia Saudita, como reveló este sábado el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que están negociando como alternativa al FMI.
La idea de prometer depositar por adelantado el pago de la amortización de los bonares y bonos globales que se deben pagar en enero próximo tampoco generó confianza. Incluso, en el apuro el secretario de Finanzas Pablo Quirno hizo mal las cuentas y prometió girar al Banco de Nueva York (BoNY) los dólares de los bonares que paga el BCRA y se olvidó de poner en la cuenta el pago del capital.
Además, el jefe de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, reveló maniobras para sacar el oro almacenado en el tesoro del Banco Central para llevarlo a Londres. Probablemente, vender el oro del BCRA sea la última maniobra a la que apuesten para obtener financiamiento y estirar la agonía del modelo.