El ministro de Economía, Sergio Massa, define los últimos detalles de la operación de Repo (acuerdo de recompra) que lanzará en los próximos días con el objetivo de aliviar la carga del Banco Central, en el contexto de un sendero de acumulación de reservas complicado para el próximo trimestre, según lo que exige el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cerca de Massa ya habían dejado trascender, desde finales de enero, que estaban preparando un préstamo Repo de parte de bancos internacionales. Es decir, una operación en la que el Estado emite bonos en forma de garantía con un destinatario definido y con la obligación de recomprar esa misma deuda en un plazo ya estipulado de antemano.
Ahora esta operación ya está cerca de cerrarse. Según pudo saber El Destape de fuentes oficiales, se recibieron en total siete ofertas diferentes y la expectativa es lograr que el préstamo sea por más de 1.000 millones de dólares. La devolución será a dos años por una tasa de interés menor al 10%. Además, los dólares recibidos irían a parar directamente al Tesoro y no al Banco Central.
Todavía no hay fecha concreta para el anuncio oficial, pero es probable que suceda en los próximos días. Tampoco hay oficialmente detalles sobre qué bancos podrían ser los que le presten al país y si se aceptará una sola oferta o más de una. De cualquier modo, se tratará de la primera operación de préstamo de la banca privada extranjera luego de años en los que Argentina solo pudo acceder al dinero de organismos multilaterales.
El repo, las reservas y la meta del FMI
Más allá de que el monto de 1.000 millones de dólares no sea especialmente elevado, esta operación de Repo, en el contexto de otras medidas, puede resultar clave para que el Banco Central logre acumular las reservas requeridas en las metas del FMI para los próximos meses.
En primer lugar, aunque los dólares del Repo vayan directo al Tesoro, si el Gobierno necesita usarlos se los debe vender al Banco Central. En ese caso, no pasan a integrar las reservas brutas como sucede con los depósitos bancarios tradicionales sino que son considerados parte de las reservas líquidas.
Pero, además, la operación del repo se complementa con la de recompra de deuda por 1.000 millones de dólares ya anunciada oficialmente por Massa en enero. Sucede que si el Tesoro no tiene los dólares para esa recompra de deuda, debe comprárselos al BCRA para luego poder recomprar los bonos. Pero si ahora el repo va directo a la cuenta del Tesoro, esa compra a la entidad monetaria no sería necesaria y las reservas netas se mantendrían más altas.
Por otra parte, el FMI exige que el dinero que ingrese sea atesorado durante más de un año para que pase a contabilizarse como parte de las reservas del Banco Central, por lo que el plazo de dos años para la devolución es clave. En este sentido, el economista experto en deuda Daniel Marx explicó a El Destape que, durante ese tiempo, el dinero igualmente impacta en el BCRA porque el Tesoro debe depositarlo allí, más allá de que se use o no.
Marx también remarca que esta operación del repo, por la particularidad de contar con los bonos como garantía, tiene un costo menor para Argentina que el que tendría una operación tradicional sin garantías, ya que las tasas ofrecidas al mercado suelen ser de alrededor del 30% y no del 10% como en este caso.
De este modo, Massa espera que, tras un enero con la venta de reservas más grande de los últimos cinco años, el Repo, junto con el recientemente anunciado ahorro de unos 2.100 millones de dólares en importación de GNL, contribuya a cumplir con las metas de reservas de marzo y junio para llegar al segundo semestre con algo más de aire en el BCRA.