El gobierno de Javier Milei enfrenta vencimientos de la deuda en pesos del orden de los $14 billones en abril. Por la política monetaria restrictiva que viene aplicando desde principio de año para controlar la aceleración de la inflación que empezó a manifestarse en diciembre, ahora empezó a escasear la cantidad de pesos y el Tesoro corre el riesgo de no poder renovar.
En marzo el Tesoro tuvo dificultades para afrontar la última licitación, por $6,3 billones, y logró sortearla con la participación extraordinaria del Banco Nación, según una versión que luego fue desmentida por el equipo económico pero sin aportar información para esclarecer la operación.
En el mercado también circuló la versión de que el Banco Central está financiando indirectamente al Tesoro, comprando deuda en el mercado secundario para luego entrar a los canjes previos a la licitación que ofrece el Tesoro para los organismos públicos.
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La primera licitación de deuda de abril se hará el lunes 14, por unos $6,5 billones, y se espera que este jueves, aún pese al paro general convocado por la CGT, la Secretaría de Finanzas difunda los instrumentos que pondrá a disposición del mercado, que seguramente volverán a incluir bonos en dólar link y atados a la inflación.
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“Será la licitación menos desafiante del mes ya que en la siguiente subasta de abril (24 de abril) el Tesoro enfrentará pagos en pesos por aproximadamente $7,3 billones”, evaluó en un informe a sus clientes la sociedad de bolsa PPI. “El total de los vencimientos del mes estimamos que alcanzan los $13,8 billones”, estimó.
El Tesoro enfrenta el problema de la dolarización de activos que se inició a mediados de marzo por las demoras y contradicciones que surgieron del propio oficialismo sobre la marcha del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
La semana pasada el escenario se volvió más complejo con la combinación de una declaración del responsable para América latina del Departamento de Estado, Mauricio Claver-Carone, con la decisión del presidente Donald Trump de no acceder a recibir al presidente Javier Milei ni prestarse para obtener una foto que manifieste su respaldo. Además, la agencia Bloomberg difundió que hubo una reunión del directorio del FMI en la que no se alcanzó un acuerdo sobre el paquete de ayuda que pide Argentina
Claver-Carone consideró que Argentina debe cancelar el swap con China antes de recibir los fondos del FMI. Eso implicaría disponer de US$5.000 millones para cancelar la parte activada del swap y descontar US$18.500 millones de las reservas brutas, lo que dejaría al Banco Central argentino con reservas brutas por US$7.000 millones y reservas netas negativas por US$12.000 millones, según los cálculos de consultoras que siguen las estadísticas del BCRA.
El Tesoro enfrenta ahora la falta de pesos en la economía, que fue generando las sucesivas intervenciones del BCRA en el mercado oficial y en los mercados financieros, que obligó a los bancos a desprenderse de Lefis (Letras Fiscales de Liquidez).
Las entidades financieras tenían más de $12 billones en Lefis antes de la última licitación del Tesoro y al jueves pasado, último dato oficial disponible, habían caído a $5,8 billones. Con este instrumento, que pueden suscribir y cancelar cada día, los bancos administran la liquidez en función de la demanda de sus depositantes.
La caída en el stock de Lefis está explicada en buena parte por la utilización de pesos para comprar dólares que vende el Banco Central, tanto en el mercado oficial como a través de la operación con bonos. Y como el BCRA desmonetiza los pesos que recibe por los dólares que vende, cada vez hay menos pesos en la economía.
La Base Monetaria creció en forma interanual hasta diciembre de 2024 al 37% real (por encima de la inflación) pero desde enero pasado a marzo no sólo no creció sino que cayó en forma real.
Ese cambio en la tendencia está relacionado con la aceleración de la inflación, que empezó a manifestarse en diciembre, cuando alcanzó 2,7%, y que se consolidó en febrero (subió a 2,4% después de registrar en enero 2,2%) y marzo (todavía sin el dato oficial del IPC, pero con todas las consultoras reflejando un fuerte aumento de la canasta de alimentos).
En la visión monetarista del equipo económico, la restricción de pesos debería reflejarse en algún momento (los funcionarios dicen que puede tardar hasta un año) en una baja de la inflación. Por ahora, solo va a complicar al propio Tesoro en la necesidad de renovar los vencimientos de deuda, cuando se da una fuerte corriente dolarizadora por la incertidumbre que genera el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.