El FMI está feliz. "El plan de estabilización, centrado en una sólida ancla fiscal sin financiamiento monetario, ha generado superávit fiscales y externos, un significativo aumento en las reservas, un fortalecimiento del balance del banco central y una desinflación más rápida de lo previsto, al tiempo que se ha incrementado el gasto social", manifestó Gita Gopinath, la número dos del organismo, luego de concluida la octava revisión técnica del acuerdo con la Argentina ocurrida al día siguiente del tratamiento de la Ley Bases en el Senado, represión mediante.
Sin embargo, le reclamó la administración de Javier Milei “mejorar la calidad del ajuste”, en un escenario local donde los indicadores sobre la vulnerabilidad social no cesan de dispararse. De todas maneras, esa mejora nada tiene que ver con los indicadores sociales.
“Para mantener el progreso es necesario mejorar la calidad del ajuste fiscal, dar los primeros pasos hacia un marco mejorado de política monetaria y cambiaria, y aplicar reformas para desbloquear el crecimiento, el empleo formal y la inversión”, agregó Gopinath.
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No es la primera vez que el FMI realiza esta suerte de advertencia pero que nada tiene que ver con la calidad de vida de los trabajadores y trabajadores ajustados por el programa de miseria planificada mileista. Lo único que le interesa al Fondo es que el país junte los dólares necesarios para cancelar la deuda con bonistas privados y el propio organismo. De la pobreza generada por Milei, ni mú.
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Una mejora que empeora
¿Qué significa para el Fondo mejorar la calidad del ajuste? El organismo lo explicó de la siguiente manera:
“Deben proseguir los esfuerzos para reformar el impuesto a las ganancias de las personas físicas, racionalizar los subsidios y gastos tributarios y reforzar el control del gasto. Más allá de este año, será fundamental profundizar las reformas de los sistemas tributario, de pensiones y coparticipación, para así gradualmente eliminar los impuestos distorsivos”, aclaró el organismo.
Para Haroldo Montagu, economista en jefe de la consultora Vectorial, esto significa la rápida reinstalación del Impuesto a las Ganancias, la fuerte baja de subsidios a las tarifas como así también los gastos tributarios.
“Y estructuralmente, piden reformar –como eufemismo- las jubilaciones. En definitiva, subir impuestos (en general progresivos como ganancias, lo cual no está mal) y bajar el gasto todo lo posible. Es decir, que alcance para pagarle a los bonistas y al fondo”, manifestó Montagu en diálogo con El Destape.
Al Fondo no le importan las consecuencias sociales de la recesión planificada y ejecutada por la Libertad Avanza. Incluso, su número dos destacó un supuesto incremento de recursos presupuestario.
“El plan de estabilización -centrado en una sólida ancla fiscal sin financiamiento monetario- ha generado superávit fiscales y externos, un significativo aumento en las reservas, un fortalecimiento del balance del banco central y una desinflación más rápida de lo previsto, al tiempo que se ha incrementado el gasto social”.
No la ven. O mejor dicho, no la quieren ver. El gasto social fue uno de los principales ajustes aplicados por la administración de Javier Milei. La consecuencia directa de la política de ajuste fue la suba de la pobreza.
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Recortes y pobreza
Según un análisis del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), que dirige Claudio Lozano, “los principales conceptos de ingresos de los sectores populares y del trabajo vienen soportando importantes recortes que oscilan el 20% superando pérdidas mayores al 40% en el caso del haber mínimo y planes sociales de empleo como el Potenciar Trabajo”.
“El salto inflacionario provocado por las primeras medidas de Javier Milei y Luis Caputo generó un shock regresivo a raíz de una importante transferencia de ingresos desde los sectores populares hacia el capital concentrado. En conjunto con el plan “motosierra y licuadora” que implicó un fuerte recorte en partidas del gasto en términos reales, esto impactó en el bolsillo de trabajadores/as y jubilados/as e indujo un freno en la actividad económica por el derrumbe del consumo, con el consecuente impacto en el empleo”, puede leerse en un reciente informe del IPyPP titulado “Ganadores y Perdedores en los primeros meses del Gobierno de Milei”.
El desagregado de las cuentas públicas permite vislumbrar uno de los objetivos centrales de La Libertad Avanza: el disciplinamiento de todos los sectores sociales.
En el acumulado de los primeros cinco meses del año el programa Potenciar Trabajo y sus continuadores (Volver al Trabajo y Acompañamiento Social) registraron una caída real del 55%, básicamente “explicado por la pérdida de poder de compra de las prestaciones y por la baja de beneficiarios”, indicaron desde la Oficina de Presupuesto del Congreso.
En el caso de las partidas vinculadas a las políticas alimentarias, la caída real fue del 15,8% durante los primeros cinco meses del año. “El valor promedio de las prestaciones arroja una pérdida de poder de compra del orden de 12% real en cinco meses. En tanto, las transferencias a comedores comunitarios y merenderos registraron una merma del 98,7%”, concluyó el último informe de la OPC. El hambre como política de Estado.
Bajo este escenario, la pobreza no deja de aumentar. A partir de una simulación realizada por el IPyPP en base a un conjunto de conceptos sobre ingresos y consumos, llegaron a la estimación de un nivel de pobre que podría ubicarse en torno al 56,3% de la población para el primer trimestre del año, un salto exponencial frente a la misma estimación realizada sobre el último trimestre de 2023 (45,1%).
Ganancias
Los esfuerzos fiscales ponderados por el FMI, con el drástico ajuste que recayó sobre la clase trabajadora y sectores vulnerables (también trabajadores) ocurrieron al mismo tiempo en que las principales empresas del país aumentaron sus ganancias netas luego de la devaluación de Caputo. Hubo perdedores y ganadores claros durante los primeros seis meses de miseria planificada mileista.
“Los beneficios contables finales para el primer trimestre del año (resultados netos) fueron especialmente importantes para sectores como el de los laboratorios (9851%), el de la energía mayorista (5203%), el complejo exportador de granos (4921%), las empresas alimenticias (1331%), el sector bancario (945%) y el hidrocarburífero (790%)”, puede leerse en el informe del IPyPP.
De esta manera, mientras avanzaba el ajuste sobre la población, el resultado neto del primer trimestre de Pan American Energy (Bulgheroni – British Petroleum) tuvo un salto del 375% interanual, mientras que para la petrolera de Techint (Tecpetrol), el salto fue del 2731%.
El caso de las empresas alimenticias también resultó escandaloso. Mientras millones de niños, niñas y adolescentes debieron suspender comidas durante el día por falta de recursos, los fabricantes y exportadores de alimentos abultaron sus balances.
Tal fue el caso de Arcor (Grupo Pagani), con un resultado neto para el primer trimestre superior en un 941% en la comparación con el mismo período del año pasado. Para Molinos Río de la Plata (Grupo Pérez Companc), el incremento de sus ganancias fue de 1119%.
“Los exorbitantes excedentes económicos que cosecharon las compañías alimenticias durante el primer trimestre fueron fruto del desmantelamiento de los mecanismos regulatorios vigentes hasta el año pasado. Se les permitió a los grandes operadores del mercado captar amplios márgenes de rentabilidad por vía de la fijación oligopólica de precios en los alimentos que conforman la canasta básica familiar”, concluyó el documento del IPyPP.