El ministro de Economía, Luis Caputo, gastó 9000 millones de dólares en intervenciones cambiarias con el objetivo de acotar la brecha cambiaria. Es decir, los recursos que se licuaron y cortaron del presupuesto para inversión en jubilaciones, planes sociales y obra pública se destinaron al financiamiento de los especuladores de la city y al pago diferencial a los sojeros. Este dato se desprende de un informe de la Consultora Eco Go, que dirige Marina Dal Poggetto.
Según se desprende de un informe al que accedió El Destape, la consultora computa el 20% del “dólar blend” que le paga un diferencial a los sojeros. Los agroexportadores pueden liquidar el 20% de sus divisas a través del contado con liquidación.
Para Eco Go, el esquema oficial operó como un seguro al carry trade, básicamente, “por la decisión de sostener demasiado tiempo el crawling peg o deslizamiento del dólar oficial al 2% mensual, mientras se acumulaba una nueva deuda comercial estimada en USD 11.000 millones por el pago en cuotas de las importaciones”.
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“Lo que en principio era discutible, se convirtió en mala praxis cuando la premura por desarmar la deuda del BCRA se hizo acelerando la baja en la tasa de interés e incentivando la migración a Letras del Tesoro”, explicó Eco Go. Se cambio el déficit cuasi fiscal a fiscal.
Pases
A partir del lunes, los pasivos remunerados que el Banco Central le paga a las entidades financieras por la colocación de pesos pasarán a computarse como deuda del Tesoro de manera compulsiva. El objetivo de esta medida radica en la obsesión de Milei de mostrarle al mercado que se le pondrá fin a la emisión monetaria.
Esta no es una iniciativa nueva; desde hace un mes, el Gobierno venía impulsando esta transferencia del BCRA hacia el Tesoro con las licitaciones de Lecaps. Sin embargo, lo compulsivo de la medida podría jugarle en contra ya que ni a los bancos – ni a los inversores que tienen acciones de bancos – les agrada la sobreexposición hacia la deuda del Tesoro. El lunes, las acciones de cada una de las entidades que operan en el sistema darán su veredicto.
A tipo de cambio oficial, al 10 de diciembre del año pasado los pasivos monetarios sumaban 86.500 millones de dólares, stock que se redujo a 54.700 millones al 16 de mayo, ubicándose luego de las dos últimas emisiones de títulos públicos en unos 39.700 millones al 3 de junio. Esta es la cuenta que deberá ahora pagar el Tesoro, según los cálculos de la Fundación Capital.