Martín Guzmán asumió el 10 de diciembre como ministro de Economía con la meta de solucionar la crisis de deuda que dejó el macrismo para poder ordenar la economía y volver a encontrar la senda de crecimiento y desarrollo. Alberto Fernández lo convocó por su conocimiento y sus estudios de las reestructuraciones de deuda.
Como economista se enfocó en un tema clave: la renegociación de la deuda soberana en manos de acreedores privados. Guzmán colaboró durante mucho tiempo con el estadounidense Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, y dictó clases en la Universidad de Columbia.
Su nombre ya era reconocido, pero en los últimos días realizó una presentación en Naciones Unidas que hizo girar hacia él las miradas de los inversores que tienen deuda argentina y que esperan novedades por parte del nuevo gobierno. Allí propuso postergar por dos años el pago de intereses de la deuda soberana, mediante un acuerdo con acreedores y también estirar los plazos de pago para el capital de esos compromisos.
Desde el comienzo asentó que buscaba llegar a un acuerdo lo más pronto posible con los acreedores privados y despejar la incertidumbre que envuelve a la deuda argentina. Además, aclaró que era necesario tomar nueva deuda con el FMI, tras los U$S 56.000 millones que firmó Mauricio Macri con Christine Lagarde en 2018.