Por la recompra de bonos, el país ahorraría unos U$S 2500 millones en deuda

La recompra de bonos en precios aprovechando cuando los precios están tan bajos es un buen negocio para desendeudarse.

19 de enero, 2023 | 00.05

La recompra de deuda externa, además de buscar estabilizar el mercado financiero, es un buen negocio para reducir el peso de vencimientos más próximos con privados pagando un tercio de su valor. Con 1000 millones de dólares disponibles para la recompra de deuda podría adquirir, a las cotizaciones actuales de los bonos Globales 29 y 30, hasta 3500 millones de esa emisión. En el caso del que vence en el 29, alcanzaría a absorberlo en su totalidad. De todas formas, se espera que, como está sucediendo hasta ahora, los precios de estos papeles suban por encima de los 30 dólares por lámina de 100 con los que arrancó en promedio la jornada. Este mismo miércoles el Banco Central, por orden del Tesoro, volcaría los primeros 300 millones de dólares.

La recompra de bonos en precios aprovechando cuando los precios están tan bajos es un buen negocio para desendeudarse. De hecho, ante el rumor de esa posibilidad elevó la cotización de esos Globales (29 y 30) de un piso 18 dólares a unos 30 dólares desde septiembre último. El total de bonos en dólares de este tipo asciende a 63.207 millones de dólares, de los cuales 2635 millones son con vencimiento en 2029. Hoy se podría recomprar con 790 millones de dólares. Con vencimiento en 2030 se emitieron 16.090 millones de dólares de valor nominal que en 2030, que podría recomprarse a 4700 millones de precio de mercado actual. 

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El timing es clave para hacer rendir esos primeros 1000 millones de dólares con los cuales se podría hoy adquirir entre 3000 y 3500 millones de nominal. "Las operaciones son encriptadas para evitar, entre otras cosas, que busquen inflar los precios antes de vender los títulos", explicó una fuente del equipo económico a El Destape. No obstante, tras el anuncio, al mediodía, se filtraron unas primeras operaciones por un valor real de 300 millones de dólares. 


Más allá de los compromisos con el Fondo Monetario, calzados con un nuevo préstamo del mismo organismo, los vencimientos con acreedores privados son acotados en este año (2500 millones de dólares), ascienden a más de 4400 millones en 2024 y promedian casi 9800 millones entre 2025 y 2027. Más del 40 por ciento de dichos instrumentos se encontraría en manos del mismo sector público, lo que podría aminorar en cierto punto las exigencias financieras. "Sin embargo, este panorama implica que Argentina deberá normalizar su situación en los mercados financieros internacionales. De hecho, el programa acordado con el FMI supone una normalización en la colocación para deuda externa para 2025", explicaron desde Ecolatina.

Los dos bonos en el foco del Gobierno no presentan vencimientos abultados. El Global 29 amortiza capital en diez cuotas semestrales iguales el 9 de enero y 9 de julio de cada año. La primera se paga recién en 2025. Mientras tanto, el Global 30 recién comienza a pagar a mediados del 2024. Esto también es un aliciente para ingresar en la operación; ya que no hay pagos próximos. 

"Es una decisión que se toma en un contexto complejo, donde evidentemente hay muchos actores operando y/o especulando en los mercados paralelos del dólar lo cual, además, atenta contra la política antiinflacionaria, fuertemente impactada por la cuestión cambiaria. Naturalmente implica, por otro lado, un riesgo, por el desprendimiento de 1000 millones del BCRA", dijo a este medio la economista Fernanda Vallejos.

Dado que actualmente Argentina se encuentra lejos a acceder a los mercados financieros internacionales en búsqueda de crédito en moneda dura (el riesgo país ronda los 1900 puntos, este tipo de operaciones resulta crucial si se busca una vuelta al mercado voluntario de deuda. En este marco, resultará de vital importancia para el programa financiero que el Gobierno logre acumular reservas internacionales, una tarea que el ministro de Economía Sergio Massa reconoció este miércoles que será difícil por la sequía, pese al ahorro en la compra de energía.