El equipo económico iniciará este viernes las reuniones formales con los burócratas del Fondo Monetario (FMI) para cerrar la aprobación de la última revisión 2022 del programa de facilidades extendidas firmada a principio de ese año. Los números del cierre del año obtuvieron el mes pasado el visto bueno técnico del organismo y ahora se espera por la aprobación del staff, lo que liberaría de forma inmediata unos 5400 millones de dólares. La delegación está encabezada por el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein; el jefe de asesores de la cartera, Leonardo Madcur; el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; y el director del Banco Central, Lisandro Cleri, quienes ya iniciaron una agenda previa de encuentros con el staff técnico del FMI.
Según informaron fuentes oficiales a El Destape, la reunión se enfocará en la aprobación de las metas y no habrá un pedido para modificar las condiciones del acuerdo y desde la comitiva anticipan que “el panorama es positivo”. Por su parte, el ministro Sergio Massa viaja este miércoles a la India para participar del encuentro de ministros de Finanzas del G20, donde buscará apoyo de sus pares de este cónclave de países en distintas reuniones bilaterales en el pedido de modificar las condiciones del programa con el FMI. En la cumbre se analizarán la desaceleración de la economía mundial y el mayor endeudamiento de los países en desarrollo, preámbulo que servirá a Massa para argumentar su solicitud ante el Fondo.
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El Directorio Ejecutivo del Fondo concluyó el 22 de enero pasado la tercera revisión del acuerdo de 30 meses a favor de Argentina en el marco del SAF, lo cual permite un desembolso inmediato de aproximadamente 5400 millones de dólares. La tercera revisión corresponde al cuarto y último trimestre del año pasado, el cual cerró con un déficit primario de 2,4 por ciento del PBI, inferior al pactado en el acuerdo (de 2,5 puntos).
Desde el Gobierno adelantaron también que se sobrecumplieron las metas de acumulación de reservas, gracias al dólar soja II, y la de asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro. Sin embargo, para este año las perspectivas no son tan favorables, especialmente en lo referido a acumulación de reservas en un escenario de sequía que hace peligrar el ingreso de dólares de la cosecha. “Argentina cumplió su programa, pero el Fondo Monetario no está cumpliendo con Argentina el revisar cómo van a compensar a los países que pagaron el costo de la guerra con su economía. Es un problema a resolver”, sostuvo Massa tras cerrarse la revisión técnica del organismo.
De acuerdo con los plazos habituales, tras el encuentro con los funcionarios, el staff del Fondo elevará al directorio ejecutivo un informe que incluirá otras consideraciones sobre el período fiscalizado y también sobre la implementación del programa durante 2023. El equipo económico que lidera Massa buscaría una renegociación ante la imposibilidad de acumular reservas al ritmo que se pretende en el acuerdo, al tiempo que espera que se consideren para una renegociación de las condiciones teniendo en cuenta el impacto global de la guerra, que implica una desaceleración mundial de la economía, a lo que se suma la sequía que afecta a la producción agropecuaria local.
En el último tramo del año, las autoridades identificaron que la persistencia de la demanda en niveles elevados y los incentivos a retener granos que generó el “dólar soja” tensionarían la situación del mercado cambiario en el cuarto trimestre, exacerbando las expectativas de devaluación y dificultando el cumplimiento de la meta de reservas. En consecuencia, se tomaron una serie de medidas para contener la demanda de dólares (implementación de SIRA en octubre, mayor porcentaje de productos con Licencias No Automáticas y “dólar Qatar”, entre otras, y se gestionaron negociaciones con el resto de los organismos multilaterales para obtener un mayor financiamiento neto.
Los pagos de importaciones mostraron una clara reducción en el último trimestre (pasaron de promediar casi 6400 millones de dólares entre abril y septiembre a menos de 4900 millones y los organismos de crédito internacionales (excluyendo al FMI) aportaron casi 1300 millones netos, cuando hasta septiembre su aporte neto había sido negativo en casi 800 millones, según las cifras de la consultora Ecolatina.
De todos modos, el equipo económico en Washington se enfocará “por ahora, solo en el cumplimiento de las metas”, según señalaron fuentes oficiales a este medio. En tanto, Massa será quien siga buscando apoyos en el pedido de revisión del programa con el FMI. Para 2023, la meta de déficit primario es de 1,9 por ciento, en un año marcado por varios condicionantes que el Gobierno busca plantear. Para ello, Massa aprovechará su viaje a la India para participar del encuentro de ministros de Finanzas del G20 con el objetivo de sumar adhesiones al pedido de modificar las condiciones del acuerdo con el FMI. En la cumbre se analizarán la desaceleración de la economía mundial y el mayor endeudamiento de los países en desarrollo.
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