Luego de la caída de varios bancos en los Estados Unidos, la Reserva Federal decidió aumentar la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual, al pasar del 4,75 al 5 por ciento, la más alta de su historia, con el objetivo de seguir “combatiendo la inflación”.
La institución tomó esta decisión pese a que una de las explicaciones que se dieron en el mercado sobre la caída del Silicon Valley Bank estuvo centrada en la fuerte suba de la tasa de referencia de la FED, y la pérdida del valor en los bonos del Tesoro norteamericano. "Se sabe que la Fed va a seguir los ajustes de tasas pero ahora se habla de mayores subas que las previstas hace pocas semanas”, había analizado Alejandro Vanoli, ex presidente del BCRA, en diálogo con El Destape.
Y así sucedió.
La medida fijó la tasa de interés de referencia a un día del banco central de Estados Unidos en el rango de 4,75% a 5,00%. Según el comunicado difundido por el organismo, 10 de los 18 funcionarios del comité de política monetaria “esperan que las tasas aumenten otro cuarto de punto porcentual para fines de este año, el mismo punto considerado en las proyecciones de diciembre”.
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Con esta nueva alza, el ente rector de los Estados Unidos busca combatir la inflación, a pesar de todos los riesgos que genere una medida de estas características. “Las turbulencias en el sector bancario de Estados Unidos amenazan la economía, el empleo y la inflación”, advirtió la Fed.
De todas maneras, el organismo prevé una inflación menor a lo esperado en 2023 (3,6%) pero reduce su previsión de crecimiento económico para el país del norte.
Las advertencias del Fondo
El Fondo Monetario Internacional vaticinó a través de un artículo publicado en su sitio web que continuará la política de suba de tasas como parte de la estrategia global (y clásica) para controlar la inflación.
La suba de tasas como estrategia antiinflacionaria tiene sus consecuencias, como también lo demuestra la caída del banco de Silicon Valley.
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El texto firmado por Gustavo Adler, Nigel Chalk, Anna Ivanova, y publicado por el organismo supranacional, sostiene: “En un contexto de tasas de interés más altas y precios más bajos de las materias primas, tanto la creación de empleo como el gasto de consumo en bienes y servicios están desacelerándose”.
Por ende, otra de las consecuencias de esta política global será un enfriamiento de la economía global.