Producto de una fenomenal transferencia de ingresos, el 70% de los hogares eran pobres en marzo, según el Indec. En el primer trimestre del año se produjo un aumento de la desigualdad vinculada a los niveles de ingresos de la población como nunca antes se había tenido registro desde la interrupción estadística que se reanudó en 2016. Los parámetros se acercan a los del periodo 2001-2002, durante la peor crisis económica de la historia.
El coeficiente de Gini establece que cuanto más cerca del valor 0 se encuentra una población, se daría una situación de igualdad, y cuando su resultado es 1, lo contrario. En el período enero–marzo, el indicador se ubicó en el 0,467 cuando para el primer trimestre del año pasado se hallaba en el 0,446. La brecha entre el estrato poblacional que más ingresos recibe contra los sectores más vulnerables fue de 15 veces. Esta es la cifra más alta desde 2016 y según cifras del ex Ministerio de Obras Públicas, el valor para 2001 era de 0,52.
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"El coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas fue de 0,467 para el primer trimestre de 2024, mientras que en el mismo trimestre de 2023 el valor fue de 0,446, lo que muestra un importante aumento de la desigualdad en la comparación interanual. La brecha calculada entre la mediana del decil 10 y el decil 1 de ingreso per cápita familiar de la población fue de 15. La brecha de la mediana aumentó un punto, tanto en la comparación interanual, con respecto al primer trimestre de 2023, como en relación al último trimestre con aguinaldo", puntualizó el Indec.
El detalle de cómo Milei disparó la pobreza en el primer trimestre
Con el dato inflacionario de marzo, la canasta básica total para una familia integrada por cuatro personas, se ubicó en los $ 773.385. El reporte de evolución de distribución del ingreso del Indec divide a la población relevada en 10 deciles, y hasta el séptimo decil, los hogares sumaron ingresos de hasta $ 735.000. Es decir, el 70% de los hogares se encuentran por debajo de la línea de pobreza.
El ingreso promedio per cápita del total de la población, que corresponde a 29.593.119 personas, alcanzó los $ 233.695, mientras que la mediana del ingreso per cápita fue de $ 155.000. El 62,2% de la población total (18.416.828 personas) percibió algún ingreso, cuyo promedio fue igual a $ 369.085. Analizado según la escala de ingreso individual, el ingreso promedio del estrato bajo (deciles 1 a 4) fue de $122.529; el del estrato medio (deciles 5 a 8), de $ 327.862 y el del estrato alto (deciles 9 y 10), de $ 945.325. Los perceptores varones tuvieron un ingreso promedio de $ 429.741, mientras que el de las mujeres fue de $ 310.064.
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Respecto a la población ocupada, se registró un ingreso promedio de $ 350.593 y un ingreso mediano de $ 260.000, equivalente al límite superior de ingresos del decil 5, bajo el cual se sitúa el 50% de las personas ocupadas. El ingreso promedio de los primeros cuatro deciles de la población, ordenada según ingreso de la ocupación principal, fue de $118.759. El ingreso promedio del estrato medio (deciles del 5 a 8) fue de $ 329.826, mientras que el ingreso de los deciles 9 y 10 fue de $ 855.881.
Respecto a la población asalariada, se registraron 9.620.037 personas con ingreso promedio de $ 361.445. El ingreso promedio de las personas asalariadas con descuento jubilatorio fue de $ 449.382 (+196,1% interanual), mientras que, en el caso de aquellas sin descuento jubilatorio, el ingreso promedio fue equivalente a $ 197.467 (+200,8% interanual).
En el caso de los hogares, los ingresos laborales representaron el 76,8% de los ingresos totales, mientras que los ingresos no laborales alcanzaron el 23,2% restante. El peso de los ingresos no laborales fue mayor para los deciles de ingreso total familiar más bajos: fue igual al 62,6% en el primero y 13,6% en el décimo.
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Respecto a la relación de dependencia de los hogares, la cantidad de personas no ocupadas fue de 125 por cada 100 ocupadas, mientras que la cantidad de no perceptoras de ingreso fue de 60 por cada 100 perceptoras. Esta relación es mayor en el caso de los deciles más bajos.
Para el decil 1, por ejemplo, es igual a 267 personas no ocupadas cada 100 ocupadas y 144 no perceptoras cada 100 perceptoras, si se ordenan los hogares según ingreso per cápita familiar. En el mismo trimestre del año anterior, los valores eran de 271 y 155, respectivamente. En el caso del decil 10, los valores correspondientes son iguales a 36 no ocupados cada 100 ocupados y 18 no perceptores cada 100 perceptores.
El desempleo como motor de la desigualdad
El lunes, el Indec informó que la tasa de desocupación subió dos puntos en el primer trimestre de 2024 y trepó al 7,7%, según informó el Indec. Al revisar la serie que mide el organismo estadístico, desde el inicio de la pandemia que no se observaba una destrucción del empleo de esta magnitud.
La tasa de subocupación resultó del 10,2% de la Población Económicamente Activa (PEA), mientras que los otros ocupados demandantes y los otros ocupados no demandantes disponibles alcanzaron, en conjunto, el 11,7% de la PEA. Consecuentemente, la presión sobre el mercado laboral, conformada por el universo de desocupados, subocupados, ocupados demandantes y ocupados no demandantes disponibles, alcanzó el 29,5% de la PEA.
Por su parte, la tasa de actividad se ubicó, en el primer trimestre de 2024, en 48%, 0,6 puntos por debajo del trimestre anterior (48,6%). En el caso de la tasa de empleo, esta fue de 44,3%, 1,5 puntos menos que el cuarto trimestre de 2023 (45,8%).