El índice de pobreza subió al 44,2%, según la medición realizada entre julio y octubre por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). El dato difundido este jueves advierte que un 34,1% de la población se ubicó en la categoría de "pobres no indigentes", mientras que un 10,1% están en la indigencia, es decir, no pueden cubrir la canasta alimentaria básica.
La mayor cantidad de pobres, que rondaría los 20,3 millones de personas, se disparó en medio de la pandemia de coronavirus, que impactó muy fuerte sobre la actividad económica ya golpeada por el macrismo. Para la UCA, en el período julio-octubre el desempleo ya llegaba al 14,2%, lo que representa unos 2,7 millones de personas. El estudio arrojó aumentos con relación al 2019, cuando había arrojado 40,8%.
La UCA difundió el "Informe de Avance: Deudas Sociales en la Argentina 2010-2020. Crisis del empleo, pobrezas y desigualdades estructurales en el contexto COVID-19", el cual mostró subas en tasas de pobreza, indigencia y de desempleo.
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"Las medidas de aislamiento obligatorio adoptadas generaron una crisis de oferta y demanda de bienes, servicios y mano de obra laboral", sostuvo el director del Observatorio, Agustín Salvia. Si se analiza por edades, el 64,1% de los y las menores de 18 años vive en hogares en la pobrezas; es decir, son personas pobres por ingresos.
En cantidad de desocupados subió de casi 2,1 millones a poco más de 2,7 millones. El dato de pobreza también se agrandó, explicó la UCA, porque se amplió la consulta a 30 partidos del Área Metropolitana del Gran Buenos Aires, seis más que los consultados por el organismo oficial de estadística.
En cuanto al alcance de la muestra de la UCA, este año hubo 5728 hogares participantes, en los que viven en 17.920 personas, de las cuales 4220 son niños. El relevamiento abarca a los centros urbanos con 80.000 habitantes o más; entre ellos, la ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, Gran Rosario, Gran Córdoba, San Miguel de Tucumán - Tafí Viejo y Gran Mendoza.
“En el tercer trimestre ya tenemos aguinaldo y captamos dos IFE, el retrasado y el nuevo. Para la población en el tercer trimestre hubo un alivio, se recuperan las changas, se recupera parte del empleo informal y hubo una fuerte transferencia de ingresos”, explicó Salvia.
Sobre el cuarto trimestre evaluó que se está estabilizado la recuperación, “la economía no está creciendo vertiginosamente, bajan los programas sociales, por lo se espera tener un aumento de la pobreza de entre 45% y 48%”.
La pobreza concentra sus efectos en la población localizada en hogares conducidos por personas que afrontan coyunturas de desocupación o subempleo (80,3%), en los segmentos de trabajadores marginales (77,2%) e integrados (54,6%) y en el Conurbano (51,1%). “Entre estos grupos, la pobreza crece casi ininterrumpidamente desde 2013-2014 y evidencia un nuevo salto en el contexto de pandemia”, detalla el informe.