En un dato demoledor que refleja lo peor de la crisis de la pandemia del coronavirus, el Indec reveló que 18 millones de argentinos estuvieron por debajo de la línea de pobreza durante el primer semestre de 2020. En comparación al mismo semestre del año pasado, el indicador creció más de cinco puntos.
El porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 30,4%; en estos residen el 40,9% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 8,1% de hogares por debajo de la línea de indigencia, que incluyen al 10,5% de las personas.
Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la Encuesta Permanente de Hogares, la pobreza afecta a 11.680.575 personas y, dentro de ese conjunto, y en ese universo se incluyen a 2.995.878 personas indigentes. Traspasado a la cifra de habitantes totales, 18.405.000 personas son consideradas pobres.
Cifras muy preocupantes
Según el informe oficial, el ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de $ 25.759, mientras la Canasta Básica Total promedio del mismo grupo de hogares alcanzó los $ 43.785, por lo que la brecha se ubicó en 41,2%, el valor más alto de la serie por cuarto semestre consecutivo.
En cuanto a los grupos de edad según condición de pobreza, más de la mitad (56,3%) de las personas de 0 a 14 años son pobres, aunque el mayor crecimiento con relación al semestre anterior se observó en los grupos de personas de 15 a 29 años, con un aumento de 7,1 puntos porcentuales.; y las de 30 a 64, con una suba de 5,7 puntos. El porcentaje total de pobres para ambos grupos fue de 49,6% y 36,2%, respectivamente. En tanto, la población de 65 años o más se mantuvo en 11,4%.
Respecto al impacto geográfico, en el Gran Buenos Aires se verificó el mismo sentido en ambas evoluciones: la incidencia de la pobreza en las personas aumentó en 3,8 p.p. en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras que en los partidos del Gran Buenos Aires se observó un aumento de 7 p.p. con respecto al segundo semestre de 2019. Tanto la región en su conjunto como los dos aglomerados que la componen alcanzaron sus valores máximos en la serie, indicó el informe.
De acuerdo a los últimos datos disponibles, el 60% de la población percibía ingresos de hasta $ 27.000 por mes al término del segundo trimestre del año, en medio de una desmejora de la distribución según el coeficiente de Gini.
Un número que se venía venir
El documento "Distribución del Ingreso" del ente oficial ya había precisado que el 10% más pobre de la población ocupada concentraba el 1,8% del total de ingresos, mientras que el 10% más rico explicaba el 26,7%, al término del segundo trimestre del año. De esta forma, el ingreso promedio per cápita del total de la población, sobre una población económicamente activa estimada en 28.604.720 personas, alcanzó los $ 16.174, mientras que la mediana del ingreso per cápita fue de $ 11.667 al cierre del segundo trimestre.
Asimismo, la suma total de ingresos de la población creció 21,9% en relación con igual trimestre de 2019; los ingresos laborales crecieron 15 % y los no laborales, 41 %. “En la dinámica de 'no laborales' se destacaron los subsidios o las ayudas sociales del Gobierno” en medio de la pandemia de coronavirus.
En este contexto, el segundo trimestre mostró una desmejora en los términos de igualdad. Así se desprendió de lo reflejado por el Coeficiente de Gini, que tiene al número cero como el nivel de mayor igualdad y al uno con el mayor desequilibrio. Según el Indec, el Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas alcanzó en el segundo trimestre del año un valor de 0,451 puntos, contra 0,434 de igual período del 2019.
La vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, había asegurado la semana pasada que los niveles de pobreza iban a aumentar inevitablemente como consecuencia de la pandemia y pese a los esfuerzos del Ejecutivo. "Vamos a ver un incremento en indigencia y en pobreza, a pesar del gran esfuerzo que se ha hecho, que a esta altura son 5,5 puntos del producto bruto el gasto directo en políticas para morigerar el impacto del covid. IFE, ATP, bonos y, luego, otros dos puntos por el lado del crédito productivo. Pero un parate como el que se ha generado es imposible de compensar”, había apuntado.
Cabe recordar que Argentina entró en una grave crisis económica en 2018, cuando Cambiemos generó la primera de sus tres crisis cambiarias y esto disparó la inflación y la pobreza, además de elevar el desempleo a dos dígitos en ese transcurso. Los precios se aceleraron a más de 40% en 2018 y más de 50% en 2019, lo cual destruyó el poder adquisitivo de los trabajadores.