De acuerdo al último informe del Indec, la distribución del ingreso es más desigual respecto al último trimestre de 2019: el coeficiente de Gini subió de 0,439 a 0,444. Cuanto más cerca un país se acerca al cero, las condiciones de vida en este apartado son mejores.
La suma total de ingresos de la población creció 49,6% en relación con igual trimestre de 2019, donde los ingresos laborales crecieron 44,6% y los no laborales, 63,2%. Además, el ingreso promedio per cápita alcanzó los $ 19.916, mientras que la mediana del ingreso per cápita fue de $ 14.500.
Del total de la población, según escala de ingreso individual, se registró que 17.401.169 personas (un 61% del total) percibe algún ingreso, siendo el promedio igual a $ 32.378.
En tanto, el ingreso promedio del estrato bajo (deciles del 1 al 4) equivale $ 11.650, el del estrato medio (deciles del 5 al 8) a $ 30.754 y el del estrato alto (deciles 9 y 10) a $ 77.083.
El ingreso promedio de las personas que tuvieron algún ingreso mostró un aumento de 47,9% interanual. En el caso del estrato bajo, el aumento interanual observado fue de 56,1%; en el estrato medio, 47,3%; y en el estrato alto, 46%.
Los perceptores varones tienen un ingreso promedio de $ 36.695 mientras que el de las mujeres es de $ 28.279.
Respecto a la población ocupada, el informe registró un ingreso promedio de $28.497 y un ingreso mediano de $ 24.000, equivalente al límite superior de ingresos del decil 5, bajo el cual se sitúa el 50% de los ocupados.
En el caso de los hogares, los ingresos laborales representan el 70,8% de los ingresos totales, mientras que los ingresos no laborales alcanzan el 29,2% restante. El peso de los no laborales es mayor para los deciles más bajos, siendo igual al 53,5% en el primero y 18,9% en el décimo.