Por el avance de la crisis de la pandemia, el FMI empeoró sus pronósticos para Argentina este año. A la par del Banco Mundial, el Fondo estima que la economía se derrumbará cerca de 12%, una crisis peor que la de 2002. Al tratarse del coronavirus el principal factor de la recesión, ambos organismos coinciden en su optimismo para que 2021 vea un repunte inédito en la recuperación.
El organismo que comanda Kristalina Georgieva proyecta un descenso del 11,8 % de la actividad este año, mayor al 9,9% que había estimado el trimestre pasado. El Fondo estimó que el desempleo en la Argentina se ubicará en el 11% para diciembre.
La institución multilateral que renegocia el acuerdo con el equipo económico del ministro Martín Guzmán prevé que en 2021 se dará un rebote donde se dé un crecimiento del 4,9%. Para ese período entiende que la desocupación se habrá reducido al 10,1%.
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El Gobierno dialoga con el Fondo el préstamo de U$S 44.000 millones otorgado en 2018 a Mauricio Macri tras la crisis financiera causada por el estallido de su modelo económico. Esto derivó en una recesión que hundió todos los indicadores dos años de que comience la crisis sanitaria.
Guzmán inició la negociación con el FMI en agosto de una reprogramación del pago de la deuda adquirida con el organismo. Las conversaciones formales comenzarán a mediados de noviembre, tras los primeros contactos protocolares de la pasada semana para revisar el artículo IV; es decir, inspeccionar las cuentas públicas.
El lunes, el FMI advirtió que Argentina "enfrenta dificultades económicas y sociales complejas", en el marco de una "profunda recesión" que requiere "políticas para el restablecimiento de la confianza". Tras el abandono del país de la misión, sostuvo que el país "enfrenta dificultades económicas y sociales complejas, en el contexto de una crisis de salud sin precedentes. La profunda recesión ha provocado un aumento de los ya elevados niveles de pobreza y desempleo, cuyos efectos se ven agravados por importantes presiones en el mercado cambiario. Estos son desafíos excepcionalmente difíciles sin soluciones fáciles.
En un comunicado emitido este lunes en Washington, el Fondo consideró que "un conjunto comprensivo de políticas podría respaldar el restablecimiento de la confianza, pero deberá ser apropiadamente calibrado para fomentar la recuperación económica y asegurar la estabilidad macroeconómica".
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La pandemia golpeó fuerte
La semana pasada, el Banco Mundial también empeoró sus pronósticos. Prevé ahora que la recesión será del 12,3% para este año, pero espera un sendero de crecimiento para 2021, en el que la economía mejore 5,5%. Las previsiones de mejoría para el año próximo coinciden con la del Presupuesto 2021 que el Gobierno sometió a consideración del Congreso.
La parálisis y posterior reinicio gradual de las operaciones que trajo la pandemia generó un desplome en los ingresos de los trabajadores y empresas. Esto generó un círculo vicioso en el que, a mayor pérdida de poder adquisitivo, menor consumo y menor facturación de las empresas. Alberto Fernández procuró mitigar ese golpe hasta cierto punto con el despliegue del ingreso familiar de emergencia (IFE), que transfirió recursos mínimos para la supervivencia de más de ocho millones de hogares. El DNU antidespidos y el programa de asistencia al trabajo y la producción se enfocaron en evitar que las menores ventas de las compañías implique un engorde de las filas de desempleo.
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