En el marco de la crisis económica que azota al país, el Gobierno destacó el rol del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) en el impacto positivo sobre la economía popular y en el ataque a la desigualdad de género. El bono de $ 10.000 fue ideado, en gran parte, para asistir a las mujeres que se desempeñan en el trabajo doméstico.
La directora de Economía, Igualdad y Género, Mercedes D’Alessandro, participó en una conferencia organizada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la que se debatieron los impactos económicos y sociales del Covid-19 en la región.
Allí, afirmó que el IFE “también fue pensado haciendo foco en las trabajadoras de casas particulares, porque tienen mayores niveles de informalidad laboral, y el salario más bajo de toda la economía”. En este sentido, D’Alessandro destacó que esta política impulsada por el Gobierno “tuvo una respuesta rápida y con perspectiva de género, porque pensamos que la desigualdad de género que atraviesa el país no podía ser ampliada”.
Durante su exposición, la funcionaria sostuvo “la Argentina ingresó a la pandemia con una estructura desigual en términos de la participación económica de los varones y las mujeres, quienes ganan en el país 27% menos en promedio”. Asimismo, la economista precisó que las mujeres “son mayoría en las filas del desempleo y de la precarización laboral, y además están sobrepreresentadas en los deciles de menores ingresos”.
Finalmente, D’Alessandro convocó a “pensar respuestas no sólo de emergencia sino para cambiar estas estructuras, ampliar derechos y afianzar los que tenemos conquistado”. “En la salida de la pandemia vamos a tener que sentarnos a pensar cómo cambiar las estructuras de desigualdad que existen entre varones y mujeres”, concluyó.