La industria fue uno de los sectores más golpeados por la pandemia, con derrumbes que promediaron el 33% en abril, pero que superaron el 70% en algunos rubros. Por el elevado aporte de las fábricas de la provincia de Buenos Aires al sector en el país, el gobierno de Axel Kicillof armó un estricto protocolo que deben seguir para reabrir sus persianas. También se prevén medidas a tomar en caso de que se detecte algún caso de coronavirus entre la plantilla, como sucedió en Zárate tras una visita del presidente, Alberto Fernández.
Abril se coronó como el mes con mayor impacto económico de la cuarentena, pese a que algunas actividades se fueron flexibilizando. La caída nacional fue del 33,5% contra el mismo período del año previo, aún mayor que el 16,5% de marzo. Algunos sectores fueron más golpeados que otros. Sufrieron desplomes superiores al 70% interanual la producción de prendas de vestir, cuero, calzado, muebles y minerales no metálicos, de acuerdo al Indec.
Todo redundó en que en el primer cuatrimestre, la actividad manufacturera disminuyó 13,5% contra la de 2019. La metalurgia vio una contracción del 50%, la siderurgia más del 70% y el procesamiento de petróleo rondó el 30% (aunque la nafta superó el -65%).
Un claro ejemplo del efecto-cuarentena fue la fabricación de automotores, ya que en abril hubo producción nula por primera vez en la historia en las cinco terminales radicadas en provincia de Buenos Aires y en las de todo el país. La única que logró sostener su producción en niveles cercanos a los de un año atrás fue la industria alimenticia, que sólo vio un recorte del 1%.
Las fábricas bonaerenses concentran el 55,3% del valor agregado bruto de las del país y el 47,3% del empleo de los sectores productivos. En el territorio gobernado por Kicillof, las únicas que no fueron víctimas de un derrumbe masivo en abril, como las de la siderurgia, metalurgia y procesamiento de petróleo, fue la agrícola, que mostró un comportamiento dispar, con subas ínfimas en la bovina, molienda de trigo y producción de harina.
La reapertura de fábricas en Provincia
Desde el 23 de abril comenzó el proceso de reapertura de algunas empresas, lo que se intensificó con la mayor flexibilización que permitió Kicillof. Para priorizar el cuidado de la salud, cada empresa exceptuada del aislamiento social por las autoridades nacionales y provinciales debe presentar protocolos sanitarios coordinados con los sindicatos y con cada municipio.
Hasta la semana pasada, las autoridades bonaerenses ya recibieron 605 expedientes solicitando reaperturas industriales, de acuerdo al Ministerio de Producción bonaerense, comandado por Augusto Costa. Los pedidos los presenta cada municipio ante la Provincia, y los requisitos para la aprobación incluyen protocolos de funcionamiento y fiscalización, informes sobre cantidad de trabajadores, medición de fiebre, acordados en general con los sindicatos.
La puesta en marcha de la planta de Ford (en Pacheco, municipio de Tigre) implicó un protocolo complejo, con marcas en el piso para el distanciamiento, trabajos por turnos, scanners térmicos, termómetros infrarrojos, puertas diferenciadas y kits de higiene y protección personal para cada empleado. Los costos iniciales de reapertura para la terminal sumaron U$S 475.000, más unos U$S 200.000 por mes.
También retomaron la actividad las fábricas de juguetes de la Provincia de Buenos Aires, con la mira en el Día del Niño. Su protocolo sanitario involucra dotaciones mínimas de personal, turnos rotativos y segmentación en grupos ante eventuales infecciones, capacitación sobre prevención y distanciamiento, elementos de higiene, cabinas sanitizantes y controles de temperatura. Cada fábrica invierte aproximadamente $ 120.000 para su reapertura.
Si se detectan positivos en una fábrica que reabrió
La mayor flexibilización puede implicar que se registre un caso de transmisión a un operario, lo que está previsto por el Gobierno bonaerense. En una empresa grande, como ocurrió en la planta de Toyota de Zárate con un caso asintomático justo un día después de la visita de Alberto Fernández . El protocolo sanitario acordado con SMATA incluye evaluaciones aleatorias a los trabajadores y aislar y testear cada 72 horas a todos los trabajadores que habían estado en contacto con el operario contagiado dentro de la fábrica y en los traslados.
Puede darse en empresas más chicas, o menos organizadas. En estos casos, se suspende la actividad en la empresa por 48 o 72 horas para hacer desinfección y se aísla al trabajador que dio positivo.