Por el impacto de la pandemia y las consecuentes medidas de prevención sanitaria en la actividad económica, hasta octubre último uno de cada dos hogares en Ciudad y Gran Buenos Aires recibía alguna ayuda estatal (IFE, ATP o bonos). Según el relevamiento del INDEC sobre la situación de las familias derivada de la pandemia entre agosto y octubre, el 48% de los hogares consultados recibían al menos una prestación de las implementadas por el Gobierno.
Por ser una de las últimas jurisdicciones en flexibilizar las medidas de aislamiento frente al COVID-19, la situación de los hogares en el área metropolitana es todavía muy delicada. Según la encuesta del INDEC, el 40,3% de los hogares registró problemas de empleo de al menos alguno de sus integrantes. En los hogares en que reside al menos un niño, niña o adolescente, los problemas laborales alcanzaron el 48,3%.
Obviamente, esto repercutió en los niveles de ingresos de las familias. "El 49,3% de los hogares manifestó haber tenido una caída en el monto total de sus ingresos respecto a la situación previa a la pandemia", señala el INDEC. En los hogares con jefe o jefa de hogar con menores niveles de instrucción, la proporción que experimentó una reducción en sus ingresos fue mayor (57,1%). La pérdida de ingresos alcanzó al 57,3% de los hogares con al menos un niño, niña o adolescente.
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El Gobierno buscó compensar esa pérdida con aportes a las empresas para el pago de salarios y a los hogares de manera directa. El 26,8% de los hogares tenía algún miembro que, además de recibir alguna prestación del sistema de protección social vigente, accedió a alguna de las prestaciones específicas correspondientes a las políticas implementadas a raíz de la pandemia. "Un 21,2% de los hogares que no estaban alcanzados por prestaciones sociales previas a la pandemia tuvo acceso a alguno de los beneficios derivados de las nuevas medidas", suma el informe del ente estadístico.
Los hogares con jefes y jefas de menor nivel educativo tuvieron una cobertura social alta: sumando aquellas prestaciones previas a la pandemia y las nuevas medidas implementadas para enfrentarla, la cobertura alcanzó al 83,6%. En aquellos cuyos jefes y jefas tienen nivel educativo medio, el alcance se ubica en torno al 70,5% de los hogares. En donde cuentan con un nivel educativo alto, la cobertura (previa y por las nuevas medidas) alcanza al 53,4%.
A pesar de los aportes, las familias tuvieron que recortar la canasta alimentaria y servicios para poder llegar a fin de mes. "Un 33,8% de los hogares relevados declaró que se vio en la necesidad de reducir al menos un alimento (carne vacuna, otras carnes, verduras frescas o leche) por razones económicas", señala el informe oficial.
Entre los hogares de la Ciudad, el porcentaje de quienes debieron reducir el consumo de al menos uno de estos alimentos alcanza al 21,2%, en tanto que para los que residen en el conurbano bonaerense, es del 38%. El resultado del estudio muestra que el 45,8% de los hogares redujo el consumo de productos no alimentarios.
El 28,6% de los hogares dejó de pagar o tuvo problemas para cubrir los costos de los servicios de la vivienda. "Mientras esta situación afectó al 14,7% de los hogares relevados en la CABA) el impacto es de más del doble en el conurbano bonaerense: 33,3%", agrega el INDEC. Los hogares en donde algún integrante manifestó dificultades para acceder a medicamentos alcanzaron el 4,6%, y aquellos que tuvieron inconvenientes para realizar una consulta médica fueron el 8,6%.