La caída de las ventas en los centros comerciales en abril fue del 97,6% con respecto al mismo período el año pasado. El dato surge del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) al publicar su Encuesta Nacional de Centros de Compras anual y denota que son 6135 los locales afectados, de los cuales el 21,9% se encuentra en actividad.
A raíz de la fuerte restricción económica iniciada en marzo, enmarcada en el conjunto de las políticas de contención sanitaria implementadas a nivel mundial, los centros de comercio sólo alcanzaron un total de 274,6 millones de pesos a nivel nacional. Dato comparativo para tomar dimensión de la abrupta caída en la recaudación: el ex directorio del Banco Nación le prestó a la cerealera Vicentín 18.500 millones de pesos.
Actualmente, la reapertura de la economía se visibiliza en un 85% en todo el país. Cada local intenta levantarse de la manera y al ritmo que puede de este golpe pandémico sin precedentes. Amoblamientos, decoración, jugueterías, librerías, calzado e indumentaria fueron los servicios no esenciales que más les cuesta volver a abrir la persiana. Sin embargo, hay un rubro que indefectiblemente la crisis lo dejo en coma: Diversión y esparcimiento, sector que no registró ni una sola venta en ningún punto del país.
Silvia Amarante es la Presidenta de la Asociación de Eventos de la República Argentina (AOFREP) y ya comienza a esquematizar la actividad directamente para 2021. “Nos confirmaron que recién en septiembre tendrán en consideracion los protocolos que presentamos. Apuntamos a volver el año que viene, este es un año sin trabajar”, lamentó.
Sobre la ayuda estatal, Amarante dijo que el gobierno los ayuda con el pago de salarios porque presentaron petitorios para continuar con la asistencia. “Por primera vez en 40 años tuvimos que utilizar el fondo de reserva destinado para las crisis”, comentó la Presidenta.
¿Cómo poder reversionar la situación sin que quede nadie afuera? La cabeza de AOFREP respondió: “Trabajamos para crear situaciones nuevas de eventos, pero no vamos a echar a ninguno de los empleados, la idea no es cerrar. De hecho, si en 2021 estamos libres de COVID-19, vamos a tener una buena temporada porque las ganas de realizar eventos van a ser mayores”
Desde el Ministerio de Cultura se realizó un relevamiento sobre el nivel de facturación, empleo y demandas desagregadas por sector para evaluar la crítica situación en la que se encuentran. Tanto el rubro de Artes Escénicas, Artes Visuales como Artes Audiovisuales registraron un “freno total”
En el mundo del teatro la facturación fue prácticamente nula. Para la Asociación Argentina de Actores (AAA), que representa un 10% del padrón de los actores del país, la facturación bajó un 70% en el último mes. El volumen de lo recaudado por la entidad pasó de 50 millones a 15 millones de pesos. Los servicios artísticos, culturales y de esparcimiento comprenden un universo de 97.705 trabajadores que actualmente ven sus ingresos decaídos. Únicamente el teatro comercial se perdió de 1556 funciones, lo que representaban un total de 411.000 espectadores, más de la mitad concentrados en CABA. Un rubro que no se representa por la estabilidad al tener el 73% de sus trabajadores de forma eventual. Por otro lado, el teatro independiente sufrió de 665 funciones suspendidas con 4484 trabajadores afectados. Sobre los recursos por apelar, como los créditos a tasa 24%, desde el Ministerio definieron que el sector presenta “temor ante los compromisos de pago” “Estos créditos no son entendidos como una ayuda, sino como una complicación adicional en el marco de una actividad que no tendrá ingresos durante un período prolongado de tiempo”, informaron.
Otro sector ampliamente vapuleado es el artístico visual. Los artistas y pintores solo logran subsistir con las ventas realizadas en las ferias de arte nacionales, que representan entre el 50 y el 80 % de sus ingresos anuales. Como se suspendieron aquellas que debieron haberse realizado entre abril y agosto, esos ingresos no se registraron. Las organizaciones más representativas del área indicaron que apenas podrán sostener su funcionamiento un mes más. “Algunos espacios debieron rescindir sus contratos de alquiler y suspender el pago de sueldo de sus empleados. Los artistas que viven directa o parcialmente del ingreso de la venta de sus obras quienes se encuentran en situaciones desesperantes”, explicaron desde el organismo nacional. Es que su facturación decreció casi un 90% y eso implicó el despido de hasta 200 trabajadores permanentes y 1000 eventuales. La situación de los artistas visuales es por demás preocupante porque la informalidad los atraviesa casi por completo, problema estructural que impide, entre otras cosas, acceder a cualquier línea de crédito. Una vez más, la pandemia deja a las claras quienes están marginados del sistema. Como solución, los artistas podrían exportar sus obras transitoriamente, afirmaron desde el Ministerio, aunque el INDEC ya resaltó que las exportaciones cayeron un 16,3% a nivel interanual y no se registra ninguna producción artística que se haya vendido al exterior. Dos realidades: Argentina usualmente no exporta pinturas y hacer las cosas “por amor al arte” no es figurativo.
Sebastian Llamedo trabaja en un negocio de antigüedades dentro del Mercado de Pulgas. Aunque su facturación se ve reducida “a menos del 10%”, dijo: “La única manera de poder llevar esto a cabo y que no se sature el sistema de salud es el aislamiento”, aunque reconoce que está prácticamente fundido, no encuentra otro modo de salir adelante y busca alternativas y líneas de crédito, como la que adquirió al 0%. “Se que la caída es abismal, pero mucha gente piensa distinto y hace lo que quiere, entonces no hay opciones para abarcar esto”, reflexionó.
Por último, la producción audiovisual no se queda atrás. Toda la cadena productiva está afectada: desde la suspensión de rodajes, cancelación de estrenos, festivales y mercados cinematográficos, hasta el cierre de salas y desfinanciación del INCAA -que ya venía con un presupuesto subejecutado durante la anterior gestión- Este cierre masivo estima una caída en la facturación del 80%. Más de 20 rodajes y estrenos aplazados y 120 proyectos aplazados indefinidamente afecta a la industria con más de 100.000 trabajadores vinculados. Mantener al gigante de la industria requerirá, según el Ministerio de Cultura, de líneas de créditos entre $200.000 y 2.000.000. En una etapa más avanzada y con bancos dispuestos a contener a las productoras, los montos oscilarían entre el 25 y el 50% del presupuesto de una película. Se prevé que, en una etapa más avanzada y con bancos dispuestos a contener a las productoras, los montos puedan oscilar entre el 25 y el 50% del presupuesto de una película. “La capacidad de pago de las productoras estará asegurada en la medida que tengan antecedentes, el apoyo del INCAA esté otorgado y el Fondo de Fomento Cinematográfico permanezca”, explica el informe provisto por el organismo y destaca que debería aspirarse al “reintegro del IVA o usar el IVA para pago de impuestos”