En noviembre, las exportaciones alcanzaron 4.872 millones de dólares y las importaciones de bienes fueron equivalentes a 5.487 millones. El intercambio comercial (exportaciones más importaciones) disminuyó un 19,6% en relación con igual mes del año anterior, mientras que la balanza resultó nuevamente deficitaria en 615 millones.
Las exportaciones cayeron durante el onceavo mes del año un 31,6% respecto a noviembre de 2022 (-2.250 millones de dólares), debido a una baja de 22,1% en las cantidades y de 12,2% en los precios. No todo fue la sequía.
Los productos primarios (PP), cayeron un 54,2%; las manufacturas de origen agropecuario (MOA), otro 37,5%. Pero también hubo una merma en las ventas al exterior de las manufacturas de origen industrial (MOI): -15,0%. En el caso de los combustibles y energía (CyE), las exportaciones cayeron un 9,5%.
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Por su parte, las importaciones descendieron 4,8% respecto a noviembre de 2022 (-275 millones de dólares), debido a una caída de 2,0% en los precios y de 2,9% en las cantidades. “A nivel de uso económico, se redujeron las importaciones de vehículos automotores de pasajeros, 62,3%; bienes de capital, 19,2%; y combustibles y lubricantes, 14,9%.
La salida de dólares para el pago de importaciones fue menor a la cantidad de bienes adquiridos desde el exterior. Eso se debió a que el Banco Central, durante la gestión del Frente de Todos, empujó a las empresas a financiar sus compras. Muchas de esas esas empresas adquirieron financiamiento con sus propias casas matrices.
Según datos del BCRA, cerca del 50% de la deuda comercial privada fue adquirida entre empresas de un mismo grupo. A pedido de las empresas norteamericanas, nucleadas en AmCham, las nuevas autoridades del Central decidieron emitir un bono para garantizarles a los importadores acceso a divisas. Ese bono será remunerado.
La maniobra funcionará como una virtual estatización de la deuda privada ya que es el Estado quien se hace cargo, ahora, de garantizarle los dólares a los importadores, según denunció el economista Claudio Lozano.
La nueva administración de Javier Milei decidió modificar el esquema de importaciones. Ya no habrá un análisis sistémico de los importadores sino que “el que quiera importar podrá hacerlo”.
De todas maneras, la puja dentro del BCRA no se detiene. Por más que se permita la libre importación, la autoridad monetaria debe conseguir divisas para financiar las compras al exterior de los bienes claves para la industria.