El FMI advirtió sobre el impacto de la concentración en los precios de las materias primas en el mundo

En un trabajo sobre diferentes aspectos de la economía global, el organismo advirtió que de aquí en adelante, los precios de las materias primas estarán regidos por la inestabilidad. La guerra entre Rusia y Ucrania fragmentó el mercado global. 

11 de octubre, 2023 | 00.05

El destino para los precios internacionales de las principales materias primas agropecuarias será, de aquí en adelante, una constante volatilidad. Esta es una de las principales conclusiones de un reciente informe elaborado por el Fondo Monetario Internacional en el que analiza distintos aspectos de la economía global. Pero no sólo se menciona un escenario de tensión permanente, que en caso de empujar a la baja los valores del trigo o la soja impactaría de manera negativa en el país, sino que se habla de la fragmentación del mercado global de alimentos, como una de las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania. El informe también aborda la cuestión de los minerales críticos para la transición energética, como podría ser el litio, recurso afectado por la conformación de nuevos bloques de poder.

En sus trabajos más académicos o de análisis global, el FMI suele tener una mirada un tanto más amplia que cuando le toca armar planes de salvatajes, donde se impone la lógica del ajuste fiscal sin otro miramiento. En su informe sobre la economía global, se explaya sobre los inconvenientes globales aparejados por la concentración en la producción de alimentos o los minerales para la transición energética. El análisis también podría transpolarse hacia el interior de cada país, donde la concentración empresarial termina jugando en contra de los intereses de las mayorías. Pero el Fondo no llega a tanto.

Fragmentación

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“La invasión rusa de Ucrania en 2022 fragmentó los principales mercados de materias primas. Desde entonces, los países han restringido el comercio de estas materias: en comparación con 2021, las nuevas medidas de políticas se han incrementado en más del doble. Las materias primas, en particular, los minerales críticos para la transición verde y ciertos productos agrícolas objeto de intenso comercio, son especialmente vulnerables en el caso de que se produzca una fragmentación geoeconómica más fuerte”, puede leerse en el trabajo del FMI.

¿Qué sería la fragmentación, según el FMI? A raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania, y sus consecuencias que llegan al día de hoy, se habrían consolidado dos bloques geopolíticos con incidencia en los precios de los commodities. Por un lado, Rusia y por otro, los países de la OTAN. Nada nuevo bajo el sol. Es decir, una especie de relectura de la guerra fría. Aunque en esta oportunidad, Estados Unidos y su patrón dólar podrían quedar en desventaja frente a otras monedas. De ahí la fuerte guerra comercial con China.  

Esta lectura del nuevo orden global le sirve al Fondo para alertar al resto de los países que, de aquí en más, los precios de las materias primas tendrán más volatilidad que estabilidad. “Los precios también serían más volátiles en un mundo fragmentado. La fragmentación de los mercados reduciría los colchones para absorber shocks futuros de materias primas, como son las cosechas escasas o las condiciones meteorológicas extremas”, indicaron desde el organismo multilateral.

En la Argentina, la sequía redujo a la mitad la última cosecha y una merma en la llegada de divisas. Sin embargo, a lo largo del año también se evidenciaron algunos retrocesos de las exportaciones por bajas en los precios de las materias primas. Los vaivenes del mundo.

Otro factor que menciona el organismo sería la concentración de la producción. Por ejemplo, los tres principales proveedores de minerales globales representan, en promedio, cerca del 70% de la producción a escala mundial.

“Los alimentos y la energía tienen un papel fundamental en el consumo de los hogares, mientras que muchos minerales son insumos clave para tecnologías y manufacturas vitales. Esta combinación de oferta concentrada y demanda extendida da lugar a un comercio amplio de materias primas, con muchos países que dependen en gran medida de las importaciones procedentes de tan solo unos pocos proveedores. Esto hace que las materias primas sean más vulnerables en el caso de restricciones comerciales”, añade el paper del FMI.

Esta última reflexión permitiría pensar en la posibilidad y necesidad de ampliar los polos productores de alimentos y minerales; es decir, desconcentrar el comercio global. En este caso, Argentina podría convertirse en un fabricante de baterías de litio, en vez de ser exportador de sulfato de litio. Pero en el acervo del Fondo, esta es tan solo una quimera. En su aspecto propositivo, el FMI vuelve a sus orígenes.

“Los países deben considerar políticas más amplias que fortalezcan la resiliencia ante los shocks, como son: marcos más sólidos de política macroeconómica, estructural y fiscal; reservas fiscales y financieras amplias; redes de protección más fuertes; y preparación ante perturbaciones repentinas de los suministros de materias primas”, concluye

El pleno exportador

Más allá de la necesidad de reunir dólares vía el comercio exterior, toda la canasta exportable de la Argentina – incluido el potencial gas de Vaca Muerta y el Litio- está sujeto a los vaivenes geopolíticos. En el trabajo publicado por el FMI, se avisa que los tiempos de estabilidad de precios quedaron atrás.

Sin abandonar la mirada hacia comercio exterior, el país podría darse la oportunidad de pensar en aquellas políticas públicas que permitan desarrollar un mercado interno en su plenitud, apostar a la sustitución de importaciones –en áreas claves como la energética y alimentaria donde ya existen proveedores locales– y en la generación de valor agregado local como plataforma para una mejor distribución de la riqueza e ingresos, todo al mismo tiempo y en el mismo nivel que la apuesta al pleno exportador.

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