Un informe sectorial planteó la "desaparición" de productores de carne de cerdo del mercado en Argentina, los inconvenientes que deben mejorarse y las condiciones para poder seguir produciendo, además de una propuesta para encontrar soluciones. A lo largo de los últimos seis años se observa una disminución de los establecimientos que envían animales a faena. Cada vez se produce más, pero con menos participantes.
Según JLU Consultores, las principales razones de esta problemática son:
- Es un negocio de escala
- La eficiencia debe ser la más alta
- Los márgenes tienden a ser inferiores
En casi 30 años, se ve una baja en la cantidad de productores y de producción en el 2002 y a partir de ese momento la producción aumentó de forma constante y la cantidad de productores lo hizo hasta el 2018, momento en el cual empezó a disminuir. En el período mencionado, de punta a punta, solo hay este año el 34% de los productores que había en el año 1996.
Negocio de escala
"Desde hace años se ve una concentración del negocio porcino en todo el mundo y Argentina no está siendo ajena a dicho proceso. Y dicha concentración no solo es dentro de un eslabón de la cadena, sino entre distintos eslabones, como la producción, la faena, la elaboración, la distribución y la exportación", explicó el informe. Argentina tenía muchos productores, muchas plantas de faena, muchas elaboradoras de chacinados y muchos distribuidores, pero en todos los eslabones cada vez hay menos actores y algunos ya están integrados de punta a punta.
Sin embargo, cuando se compara la empresa más grande de Argentina y que cubre todos los eslabones, es muy pequeña respecto a las empresas brasileñas, por ejemplo. La escala da la posibilidad de bajar costos por volumen al momento de la compra de insumos y normalmente mejorar precios al momento de la venta de los cerdos o los productos.
La única diferencia entre los productores grandes y pequeños es el poder de compra y de venta, por el volumen que manejan. También la escala actúa de forma directa al momento de tener que realizar alguna inversión y "por tal razón necesitar solicitar una línea de crédito", resaltó el documento.
Muchos productores chicos no son sujeto de crédito y les es casi imposible salir de dicha calificación y en el caso que acceden a las mismas, los importes ofrecidos "no alcanzan para poder hacer absolutamente nada y seguramente transformarse en un salvavidas de plomo que los termina hundiendo más, ya que la mejora no le permite pagar ni los intereses y menos el capital solicitado", especificó la consultora.
"La eficiencia debe ser la más alta"
En muchas ocasiones, el planteo es que la eficiencia no importa cuando el precio es bueno. Este es "parte del problema por el cual muchos productores salieron del sistema", definió el informe. Hubo años en que con baja eficiencia se ganaba dinero.
En 2016 se produjo una leve baja de la cantidad de productores por un aumento de los costos de producción y en el último trimestre del 2018 se produjo una fuerte devaluación que afectó los costos y generó una salida de productores del sistema durante el 2019. A partir de ese momento la baja continuó año, tras año, siendo el presente uno de los peores años.
"El costo de producción ya marca una desigualdad manifiesta y deja a los pequeños productores fuera del sistema. Con respecto al margen bruto (antes de impuestos) muestra una diferencia importantísima, generando en un caso pérdida y en otro un resultado positivo", se quejaron desde el sector.
Cuál es la solución al problema porcino
A modo de conclusión, la propuesta que plantea el sector está en la búsqueda de aumentar la escala, mejorar la eficiencia y disminuir los costos para ser competitivos en un sistema de margen en disminución. "Desde siempre y en concordancia con el pensamiento de los profesionales del INTA Marcos Juárez, pasa por el asociativismo, de la forma que se le quiera llamar y con la figura social y económica que se adecue a cada realidad", remarcaron.
"El pequeño y mediano productor que piense en una supervivencia en el futuro de forma individual tiene las mismas posibilidades que los dinosaurios cuando cayó el meteorito", soslayó el documento. Según su mirada, la primera disposición debe partir del productor, pero debe tener el apoyo de los organismos técnicos y de los gobiernos municipales, provinciales y nacional. El Estado "debe colaborar y ayudar a los que quieran hacer el cambio", cerró JLU.