El boom de endeudamiento en dólares que se registra en el mercado financiero esconde una nueva bicicleta que armaron los exportadores, que les permite ganancias de hasta 10% en la liquidación de divisas y que el BCRA decidió no cerrar para mantener la idea de que acumula más divisas de las que realmente está comprando en el mercado.
La maniobra implica tomar deuda en dólares, liquidar los dólares en el mercado financiero, con los pesos comprar por ejemplo la soja, exportar, ingresar las dividas y liquidarlas en el blend, que significa 80% en el mercado local y 20% en el financiero, a través del CCL, y con los pesos que se obtenían comprar dólares en el mercado oficial para repagar la deuda original.
De esa manera se lograba un retorno de hasta 50% por encima de lo que se obtenía sin la prefinanciación y despertó las sospechas de por qué el BCRA lo estaba permitiendo, hasta que este lunes decidió intervenir para frenar el abuso pero no la bicicleta.
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La Comunicación "A" 8031 ratificó la norma base del cepo cambiario: las empresas que quieran pagar deudas en dólares primero tienen que liquidar las divisas que obtienen del endeudamiento en el mercado oficial.
La norma establece que las empresas que hagan emisiones de títulos de deuda con registro público en el país y pagarés con oferta pública denominados en moneda extranjera tienen que liquidarlo en el mercado oficial si quieren después comprar dólares oficiales para pagar esa deuda.
Es decir que los dólares que las empresas estaban consiguiendo en el mercado financiero, por fuera de los bancos y de las colocaciones tradicionales de ON, deben liquidarse en el mercado oficial para después poder repagar por el mismo mercado.
Pero esa comunicación no cerró todo el negocio y solo lo acortó a una ganancia de 10%, que se obtiene de liquidar el monto del préstamo en dólares en el mercado oficial, comprar con esos pesos la soja que se exporta, liquidar los dólares de la exportación en el blend y con los pesos volver al mercado oficial a comprar los dólares para repagar el préstamo.
Esta maniobra que quedó abierta significa una ganancia de entre 9% y 10% con la brecha de esta semana entre el dólar mayorista y el financiero, en operaciones que se pactan a muy corto plazo, estimado incluso en una semana desde que se toma el crédito hasta que se repaga.
El BCRA tiene un motivo especial para no cerrar ese negocio: le garantiza liquidez en el mercado de cambio y genera la idea de que está acumulando divisas, aunque solo se trate de un pasamanos costoso: dólares que se contabilizan como reservas brutas pasan a utilizarse como reservas netas.
La contabilidad creativa del BCRA permite así que dólares que están depositados en los bancos se presten a las empresas, que los liquidan en el mercado de cambio, donde los compra el propio BCRA. Esos dólares pasan de ser contabilizados como depósitos (reservas brutas) a ser líquidos (reservas netas). .
Por eso, pese a las compras que realiza el Central en el mercado no se registran variaciones de igual magnitud en las reservas internacionales del país. Son siempre los mismos dólares los que están dando vueltas.
El mercado empezó a sospechar que el Banco Central está utilizando deuda de las empresas para intervenir en el mercado de cambio y mostrar como compras de reservas divisas que ya estaban contabilizadas en las reservas internacionales brutas.
En la red social “X”, Damián Pierri detextó que los préstamos en moneda extranjera otorgados por bancos locales (PME) volaron en marzo y abril, y advirtió que “no solo el “bid” está pisado (la demanda de los importadores), el “offer” está inflado” y concluyó que “el BCRA compra dólares CREADOS por residentes”.
Los préstamos en moneda extranjera “se ubican en niveles consistentes con la AUSENCIA DE CONTROLES DE CAPITALES”, señaló y evaluó que “durante marzo y abril subieron 518% respecto al promedio de los años con cepo”.
“Los PME explican un porcentaje elevado de la acumulación de la acumulación de reservas y, al igual que pasaba con el programa de incremento exportador, implican un ingreso hoy que se revierte con fecha cierta en el futuro. A diferencia de las exportaciones, los ingresos por PME implican una reversión del flujo que enfrenta el BCRA en el MULC en el corto plazo. Las firmas pasan del “offer” al “bid””, detalló.
El mercado empieza a evaluar que la acumulación de reservas no ni el volumen ni la calidad de lo que parecía y se fue logrando sobre la base de un incremento de US$12.000 de la deuda de importadores con proveedores, más la oferta ficticia de la oferta en el mercado de cambio que son los préstamos del sistema financiero a los exportadores.
Esta combinación abrió un signo de interrogación sobre la solidez del incremento de las reservas internacionales en este período, mientras se observa que la liquidación no está al nivel de lo esperado.
Además, este mes vence el “blend” y si no lo renueva habrá más presión para forzar una devaluación del peso que compense la eliminación de la ventaja de liquidar 20% de las exportaciones por el sistema financiero. Y se suma la creciente posibilidad de que el BCRA tenga que afrontar el pago del swap con China, este mes por US$ 2.900 millones, lo que tendrá impacto en las reservas brutas más que en las reservas netas.