El Banco Central de la República Argentina decidió poner un plazo mínimo de un año a los fondos especulativos que llegan al país atraídos por el “carry trade”, la posibilidad de obtener rentas de dos dígitos en dólares aprovechando el diferencial de tasa que paga la deuda en pesos emitidas por el Tesoro en un contexto de apreciación cambiaria. La entidad monetaria restableció así una norma que rigió en 2005 por decreto de Néstor Kirchner y Roberto Lavagna y que dejó sin efecto Nicolás Dujovne durante la presidencia de Mauricio Macri.
Según la comunicación "A" 8129 publicada esta semana, el Directorio del BCRA dispuso flexibilizar el mecanismo de compra de moneda extranjera para el pago de vencimientos de deuda en el exterior permitiendo a los deudores comenzar a anticipar la compra de divisas 60 días calendario antes del vencimiento versus los 5 días hábiles establecidos previamente.
Pero en el siguiente punto de la misma norma se dispone que efectos de evitar el uso de instrumentos de mercado de capitales para el ingreso de fondos que puedan resultar de carácter meramente especulativo y que puedan generar volatilidad y distorsiones en el sistema financiero, el directorio consideró conveniente como medida prudencial incorporar el plazo mínimo de un año desde la fecha de emisión como requisito adicional para el acceso al mercado de cambios para el pago del capital en el exterior de las nuevas emisiones de títulos de deuda.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
MÁS INFO
La norma no frena el pago de intereses de esa deuda y tampoco afecta a los financiamientos en dólares en la plaza local. Según fuentes del Banco, “es importante mantener el foco en atraer al país inversores con visión de mediano y largo plazo, evitando la volatilidad e inestabilidad que pueden generar los flujos de capitales enfocados en retornos u oportunidades de corto plazo”.
Normas similares que frenan el flujo de fondos golondrinas habían sido removidas por la gestión de Federico Sturzenegger en el Banco Central, lo que favoreció la entrada al país de divisas que se liquidaban en el mercado y se colocaban en las Lebac que emitía en ese entonces la autoridad monetaria, sin ningún tipo de restricción. En el inicio de 2018, cuando se cerraron los mercados a la emisión de deuda soberana argentina, inmediatamente estos fondos empezaron a salir de los pesos y recomprar los dólares generando la primera corrida de marzo de ese año que terminó en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y finalmente en el cepo que instauró Mauricio Macri.
Restricciones similares a este flujo de capitales rigen en países de la región, como Brasil y Chile, y son recomendadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS, por su sigla en inglés). “Se nota que la gestión económica está en manos de gente práctica que no tiene el dogmatismo que tuvo la gestión Sturzenegger”, describió una calificada fuente del mercado a este medio.
Sin embargo, en el fondo la medida fue tomada por las condiciones generadas por el modelo económico y monetario para el desarrollo de operaciones de carry trade, que son las que atraen a estos fondos especulativos denominados “golondrinas” porque rápidamente emigran cuando cambian las condiciones que generan la renta extraordinaria. El BCRA tomó la decisión hace dos semanas de reducir la tasa de interés de la política monetaria, en lo que se interpretó en el inicio de un esquema de desarme del carry que debería ser seguido de la baja de tasa en la emisión de deuda del Tesoro.
La medida siguiente debería ser bajar la tasa del crawling peg, o paso devaluatorio, del 2% mensual que rigió a lo largo del año. En el mercado especulan con un ritmo de baja de a una décima por mes aunque no está clara la estrategia, que podría ser más agresiva. Por ahora, la Secretaría de Finanzas en las últimas dos licitaciones ofreció bonos CER, actualizados por la inflación, más una tasa de interés de dos dígitos cuando históricamente esos títulos tenían una tasa marginal ya que el atractivo estaba en la actualización del capital.
En la última licitación de esta semana, en la que se enfrentaban vencimientos por $2,90 billones, el Tesoro logró colocar $1,53 billones de los cuatro bonos CER ofrecidos, sobre un total ofertado de $2,17 billones. El problema del equipo económico es que no logra generar un proceso más contundente de baja de la inflación, que se mantiene en torno de 3%. Incluso el Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM) que elabora el Banco Central espera un repunte de la inflación para diciembre, de la mano del mayor consumo por las fiestas y el impacto de los precios estacionales del turismo.
Con una inflación que se sostiene y un régimen cambiario que garantiza la apreciación del peso, las condiciones para el carry trade se sostendrán en los próximos meses de la mano del financiamiento en divisas que sigue obteniendo el sector privado y que acumula en el año más de US$ 6.000 millones de dólares en emisiones de Obligaciones Negociables y otro tanto en créditos del sistema financiero.