La tasa de interés no sube hace dos meses y prevén que siga planchada

Tras nueve incrementos consecutivos entre enero y septiembre, la tasa no aumentó en octubre ni en noviembre a pesar del rebote inflacionario. Qué factores lo explican.

22 de noviembre, 2022 | 00.05

La tasa de interés que fija el Banco Central no sube hace más de dos meses. Aunque la semana pasada reveló que la inflación rebotó y se ubicó por segundo mes consecutivo cómodamente por encima del 6%, la situación actual no indica que vaya a haber una nueva suba.

El 12 de septiembre pasado fue la última vez que el BCRA dispuso un aumento de la tasa de política monetaria de las LELIQ, llevándola al 75% en términos nominales. Se trató de la novena suba de 2022 en igual cantidad de meses, luego de mantenerse casi estancada en los dos años previos.

De este modo, octubre fue el primer mes del año en el que la entidad que dirige Miguel Pesce mantuvo la tasa sin cambios, a pesar de que entonces la inflación volvió a dar alta y se ubicó encima del 6% por tercer mes consecutivo.

Noviembre parece confirmar el cambio de tendencia en la política del Banco Central. La semana pasada se conoció que el IPC del Indec, tal como se preveía, rebotó en octubre y fue del 6,3%. La expectativa estaba puesta entonces en si el organismo monetario dispondría una nueva suba de la tasa en su tradicional reunión de directorio de los jueves, cuando suele resolver este tipo de cuestiones. Sin embargo, no hubo ningún anuncio al respecto.

Por qué no sube la tasa de interés

A pesar de que persiste el escenario de alta inflación, algunos factores ayudan a explicar por qué el BCRA no determinó un nuevo incremento tras más de dos meses. En primer lugar, aunque la suba de precios volvió a acelerarse en octubre dándole una mala noticia a Sergio Massa, ciertamente no hubo un salto inflacionario, ya que la diferencia intermensual fue de una décima, lejos del 7% que preveían algunas consultoras privadas.

Además, la constante suba de tasas del Banco Central este año se enmarca en el requerimiento del FMI de mantener una tasa real positiva, es decir, que supere a la inflación. Con la suba de septiembre, la tasa real de los plazos fijos y LELIQ se ubicó en el 107%, por encima de cualquier previsión de la suba de precios para 2022, que se calcula en alrededor de un 100%. 

"La tasa efectiva mensual de las LELIQ está en los niveles de la inflación del 6%. Por lo que si esperás que la misma (inflación) vaya bajanado de a poco, como dijo Massa, me parece prudente mantenerla (a la tasa) donde está y esperar que la inflación haga lo suyo bajando de a poco", explica al respecto Leandro Ziccarelli, economista del CEPA experto en finanzas.

Más allá de eso, el escenario general es que, tal como marcan los últmos EMAE, la economía ya se está enfriando y una nueva suba de la tasa podría ser perjudicial. "La decisión parecen enmarcarse en una negocación de caracter político, donde los actores parecen haber comprendido que un nuevo aumento de la tasa podría golpear aún más fuertemente la actividad económica y con ello agudizar el malestar social", afirma en ese sentido el analista financiero Joel Lupieri.

Otro factor que podría incidir en aumentar la tasa es el nivel récord que mantiene a su vez la tasa de la Fed en Estados Unidos, la cual alcanzó a inicios de noviembre un nivel de entre el 3,75 y el 4%, el más alto al menos desde 2008. Sin embargo, Ziccarelli cree que el efecto pasa en la economía local pasa por otro lado. "Lo de la Fed nos pega principalmente por la balanza comercial y el dólar, pero en términos financieros no afecta casi porque hoy no tenemos acceso al financiamiento internacional ni a los flujos de capitales", señala.

El peligro, en todo caso, es que el actual nivel de la tasa no alcance y termine por fomentar la sangría de los escasos dólares. Para Lupieri, "es esperable que esta decisión aliente y profundice la demanda de divisas, tanto por cobertura como por especulación. La falta de barreras de contención más elevadas, como podría haber sido la suba de tasas en este contexto de alta inflación, alienta a que los inversores procedan a la dolarización de carteras".