Funcionario asegura que la transformación productiva permitirá crear 2 millones de empleos al 2030

12 de mayo, 2022 | 18.39

El coordinador del Plan Argentina Productiva 2030, Daniel Schteingart, que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo, manifestó hoy en Córdoba que el proceso de transformación productiva que encara el Gobierno nacional permitirá alcanzar uno de los principales objetivos de crear dos millones de empleos.

El funcionario encabezó hoy una presentación del plan Argentina Productiva 2030 ante el sector industrial aeroespacial, en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) que está ubicado en la localidad cordobesa de Malagueño, y presidió un Encuentro Productivo Federal en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), en la capital provincial.

El plan Argentina Productiva 2030: Plan de Desarrollo Productivo, Industrial y Tecnológico de Argentina, fue lanzado el 29 de marzo por el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas y, según manifestó Schteingart a Télam, esa iniciativa del Gobierno federal “es el camino hacia la transformación de la estructura productiva que va a permitir ampliar la capacidad de crecimiento de la economía”.

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Asimismo dijo que “la necesidad de ese crecimiento es muy importante para generar puestos de trabajo”, al afirmar que “por cada 1% que crece la economía sube el 0,75% el empleo registrado, lo que actualmente equivale aproximadamente a 45.000 puestos de trabajo en el sector privado”.

Al respecto agregó que ese crecimiento que se desea requiere de divisas, porque cuando crece el 1% PBI genera empleo y tiende a bajar la pobreza, mientras tanto las importaciones crecen el 2% y necesito divisas, y “es por eso que uno de los ejes principales del plan tiene que ver con aumentar las exportaciones para obtener esas divisas”.

“El crecimiento de la economía es una condición necesaria aunque no suficiente” para el éxito del plan, aclaró Schteingart, al sostener que es necesario que esté acompañado por otras políticas públicas.

Schteingart, también director del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), remarcó que es muy importante el acompañamiento del sector privado, porque “los grandes países se desarrollaron trabajando en cooperación” entre ambos sectores. “Con el Estado solo no alcanza”, aseveró.

De la actividad participó también la coordinadora del Gabinete de Género del Ministerio de Desarrollo Productivo, Paula Basaldúa, quien manifestó a Télam que en esta etapa se está trabajando en el “diagnóstico” sectorial en el marco de la “transversalización de la perspectiva de género” que se impulsa mediante las políticas productivas que contempla el plan Argentina Productiva 2030.

Asimismo afirmó que la brecha laboral que existe entre el hombre y la mujer en la matriz productiva, “no es un problema de falta de capacidad ni de formación para desempeñar la tarea, sino que se trata de falta de oportunidades que tiene la mujer con respecto al hombre”.

En ese sentido dijo que con el plan se trabaja en acciones para avanzar en uno de los principales objetivos, como lo es el de llegar al 2030 con “mayor participación femenina en el empleo formal”, y en ese sentido se planteó como expectativa que “todas las políticas productivas tengan perspectiva de género”.

También dijo que de los dos millones de puestos de trabajo proyecta crear el plan, el 50% estará destinado a mujeres.

Su visita en Córdoba para presentar el programa a la industria aeroespacial tiene que ver justamente con “comprometer al sector productivo para que acompañe al Estado y se sume a las iniciativas que ya están en marcha”.

Entre los principales objetivos el plan contempla la creación de 2 millones de puestos de trabajo asalariados formales en el sector privado, 220.000 por año, hasta el 2030; sacar a 9 millones de argentinas y argentinos de la pobreza; crear más de 100.000 empresas formales.

También el de incrementar la participación femenina en el empleo formal en las empresas, con un mínimo de 50% de participación en los nuevos puestos de trabajo generados; reducir la desigualdad a los menores niveles en 50 años, bajando el coeficiente de Gini de 0.43 a 0.38, y disminuir el impacto ambiental de las actividades productivas y cumplir con los compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París.

Con información de Télam