El castigo a los jubilados y jubiladas por parte del gobierno de Javier Milei parece no tener límites. Por un lado, la administración de La Libertad Avanza lleva adelante el mayor recorte en jubilaciones en términos reales (descontada la inflación) para pasar a explicar el 31 por ciento del ahorro primario obtenido en los primeros ocho meses del año. Por el otro, Milei dice que las jubilaciones "están volando". Y, como si no fuera suficiente, en el medio, veta la única reforma jubilatoria que les hubiese permitido a jubilados y pensionados recuperar algo de poder adquisitivo. Si se lleva a valores constantes (descontando la inflación), tres de cada diez pesos de reducción del gasto primarios recayó en jubilaciones, pensiones y PAMI.
El Monitor de Ajuste del Gasto Mensual que realiza la consultora Analytica, que dirige el economista Ricardo Delgado, refleja la dinámica del gasto público primario devengado. Con información disponible al 1 de septiembre, el gasto primario real devengado en agosto tuvo una caída del 25,9 por ciento interanual, mientras que en los primeros ocho meses la contracción en términos reales fue del 30,4 por ciento comparado con igual período del año pasado.
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Entre las partidas devengadas con mayores ajustes reales respecto a agosto 2023 figuran las transferencias a provincias (-67,8 por ciento), la obra pública (-63,3 por ciento) y el gasto en programas sociales (-54,5 por ciento). Por otro lado, se destaca el aumento del 24 por ciento interanual en el gasto en asignaciones familiares y AUH.
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Pero más allá de los porcentajes, para poder entender la obsesión nefasta del mileismo es necesario comparar los montos (actualizados por inflación) en pesos que se "ahorro" el Gobierno de pagar durante todo el año. El total de pesos constantes (sin efecto inflacionarios) en que redujo el gasto primario entre enero y agosto ascendió a 23,9 billones de pesos. De ese total, el mayor aporte, superando todos los otros conceptos --incluyendo las transferencias a las provincias--fueron las jubilaciones, pensiones y PAMI, en que se gastó 7,4 billones menos.
La disminución es tan abultada que supera el "ahorro" en subsidios que defiende el Gobierno y que llevó a los hogares a pagar tarifas hasta 2000 por ciento más. El desembolso real en subsidios se contrajo en 3,4 billones de pesos, la mitad que las jubilaciones. En gastos del personal de la administración pública se redujo en 1,7 billones de pesos, la mitad de los subsidios.
El único concepto en que se mantuvieron en términos reales los desembolsos fue asignaciones universales y AUH, con 4 billones de pesos en los primeros ocho meses del año, al igual que en el mismo período de 2023. En obra pública, donde se exhibe la parálisis de todas las obras y en porcentaje arroja una recorte casi a "cero", el ahorro en pesos constantes fue de 3,9 billones de pesos. En programas sociales el recorte fue de 2,4 billones de pesos; en transferencias a las provincias, de 1,9 billones de pesos y en bienes y servicios, de 0,8 billones. Todos por debajo del ajuste jubilatorio.
Dentro de las transferencias a provincias se encuentran los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). En agosto no se registró ninguna transferencia bajo este concepto, y en lo que va del año la caída es del 62,2 por ciento interanual en términos reales.
En agosto, el gasto devengado en jubilaciones y pensiones tuvo una reducción del 9,8 por ciento interanual en términos reales, y considerando el acumulado en los primeros ocho meses, la caída es del 20,3 por ciento interanual. "La tendencia del gasto coincide con la evolución de los haberes, y luego de que ambos toquen un mínimo en el primer trimestre, con los nuevos ajustes y la recomposición parcial por inflación, ambas variables tuvieron una recuperación que las posiciona en niveles levemente por encima de los de diciembre", señala Analytica.
La tendencia decreciente en el gasto en jubilaciones y pensiones implicó la misma dinámica en la cobertura de las prestaciones. Mientras se siguieron otorgando bonos al igual que en gobierno anterior para los haberes mínimos. De esta forma, en los primeros ocho meses, la partida correspondiente a ‘Complementos a las prestaciones previsionales’ se incrementó un 15,9 por ciento interanual en términos reales.
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Los refuerzos implican una diferencia significativa en tanto el haber mínimo sin bono cubre actualmente el 104 por ciento de la canasta básica total promedio para un adulto mayor a sesenta años, mientras que, si se le suma el bono, la cobertura es del 136 por ciento de la canasta. "Sin embargo, el deterioro de los ingresos en el primer trimestre hizo que el haber mínimo con refuerzo represente en promedio el 110 por ciento de la canasta equivalente, estando levemente por encima de la línea de pobreza", detalla el informe de al consultora que conduce Delgado.
Las jubilaciones por encima de la mínima, que no reciben bonos, tuvieron una caída interanual del 16,95 por ciento, y si se analiza desde diciembre la pérdida en términos reales fue del 5,4 por ciento. La diferencia con la mínima radica en el efecto que tiene el congelamiento del bono en el resultado final. Para que el poder adquisitivo del haber mínimo se mantenga con respecto a septiembre del año pasado, el bono compensatorio debería ser de 170 mil, mientras que con un extra de 50 mil las jubilaciones más bajas de la escala estarían en la misma línea que hace un año, señala un informe del Frente Renovador.