La casta mileista le envió un mensaje a los mercados con el apoyo al veto universitario y este le respondió con menos riesgo país

"Acá estamos hablando de una disputa de poder y del mensaje que este recinto va a darle a los mercados internacionales", sostuvo el diputado del PRO, Alejandro Finocchiaro. El mensaje llegó y Milei está cada vez más cerca de poder endeudarse más en dólares. 

10 de octubre, 2024 | 00.05

La Libertad Avanza junto a sus aliados del PRO gobiernan exclusivamente para “los mercados”. El ajuste que vienen aplicando desde el minuto cero constituye un elemento central de su programa de inanición económica y disciplinamiento social. El veto de Javier Milei al financiamiento universitario y el sostenimiento de esta medida por parte del Congreso forman parte de la misma saga. El diputado del PRO, Alejandro Finocchiaro, no pudo ser más claro:  “Acá estamos hablando de una disputa de poder y del mensaje que este recinto va a darle a los mercados internacionales, a los inversores que tanto necesitamos y a las consultoras de riesgo".

Los mercados -esa entelequia que esconde a los dueños del poder económico global y local- tomaron nota. Este miércoles, volvió a registrarse una nueva baja del riesgo país. Milei estaría más cerca de recibir el visto bueno para tomar deuda en  dólares. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, acelera encuentros con “inversores”.

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Mendigando

El Gobierno nacional está desesperado por conseguir la lluvia de inversiones prometida. Hasta el momento, no ha conseguido más que sonrisas y buenas intenciones. Sin embargo, en las últimas jornadas y con el ingreso de aproximadamente 12.000 millones de dólares a través del  blanqueo de capitales, el Riesgo País descendió varios puntos. Al cierre de la jornada del miércoles y tras la ratificación parlamentaria al veto presidencial sobre el presupuesto universitario, se ubicó en torno a los 1100 puntos. El objetivo del Gobierno sería alcanzar los 900 puntos antes de salir a tomar deuda, nuevamente.

En esa carrera por conseguir dólares, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, suele recibir a diferentes fondos de inversión interesados por el “minuto a minuto” del ajuste mileista, prometido por las mismas autoridades nacionales a esos mismos inversores. La última fue el pasado 2 de octubre. En su despacho de la Casa Rosada, recibió a más de 15 “fondos”, entre ellos Rokos Capital (Irene Sibille, Francia), FFP Capital (Artem Rozhok, Reino Unido), Wellington (Andrea Alecci, Italia), entre otros.

La reunión había sido convocada por Gauthier Robinet, de Shiprock. En marzo de este año, Francos se había reunido con el co fundador del mismo fondo, Andrey Pavlichenkov. Shiprock Capital supo tener bonos de AySa. “Reunión con fondos de inversión globales, líderes financieros de Estados Unidos y Europa, CEOs de empresas argentinas y representantes de la industria financiera local. Durante el encuentro se exploraron oportunidades de inversión en Argentina para crear condiciones necesarias para el crecimiento del país”. Así quedó descripto el encuentro en el sitio web del Registro Único de Audiencias.

Pero a Milei le piden más ajuste antes de abrirle la canilla de la deuda externa. Así se lo hizo saber BlackRock, en su informe difundido el pasado 27 de septiembre. “Nos hemos vuelto cada vez más cautelosos con respecto a Argentina durante el último mes, ya que el debilitamiento del tipo de cambio informal sugiere que el tipo de cambio oficial podría estar sobrevaluado. Por lo tanto, vemos el riesgo de otra devaluación del tipo de cambio, lo que podría reavivar las presiones inflacionarias”, puede leerse en el reporte firmado por Christoph Brinkmann y Sam Vecht.

Un veto para el mercado

Las señales son inconfundibles. Cuando se trata de darle una caricia (significativa) a los mercados, no existen las internas entre el PRO y La Libertad Avanza. “Acá no estamos discutiendo un modelo de universidad, acá se está discutiendo una paritaria y eso no es ámbito del Congreso. Acá estamos hablando de una disputa de poder y de mensaje que este recinto va a dar a los mercados internacionales, a los inversores que tanto necesitamos y a las consultoras de riesgo", sostuvo Finocchiaro. El ex ministro del PRO se olvidó cuando le pedía más presupuesto universitario al gobierno del Frente de Todos.

La casta mileista les dijo a los dueños del mundo que no tienen problema en seguir tensando la cuestión social. La motosierra no se mancha. Ese fue el significado del veto y del ajuste presupuestario. Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el ajuste del gasto público en el acumulado entre enero y septiembre pega de lleno en las políticas sociales. “Una de las principales aperturas programáticas, tanto por su impacto social como por su incidencia en el presupuesto, son los programas vinculados a la Seguridad Social y Desarrollo Social. En estos ítems resalta la caída de ANSES (-18%), que tiene una muy alta incidencia en el total del gasto. La ejecución de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (ex Ministerio de Desarrollo Social) cae un 41%, mientras la Defensoría de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes lo hace un 17%”, puede leerse en el documento del CEPA.

En un contexto recesivo y de caída de ingresos, los programas de Desarrollo Social no tuvieron el financiamiento necesario. Por ejemplo, el programa Potenciar Trabajo recortó un 79% de su ejecución, situación similar para el programa de Apoyo al Plan Nacional de Primera Infancia, con una caída del 79%. El programa de Comedores Comunitarios y Merenderos sufrió un ajuste real superior al 85%.

De todas maneras, plata hay. “Sobresalen los incrementos interanuales reales de 216% para la Secretaría de Inteligencia del Estado, dependiente de Presidencia de la Nación, la cual ejecutó nada menos que casi 108 mil millones de pesos acumulados durante el año; así como del 18% de incremento en el caso del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Paralelamente, se verificó un gran peso de los servicios de deuda pública dentro de la estructura de gastos, de tal forma que dicha función representó nada menos que el 12% del total de gastos”, concluyó el CEPA.

El ajuste de la casta mileista se digita en los mercados financieros.