Durante el primer día de vigencia plena para el nuevo dólar soja, las cerealeras liquidaron en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) 94 millones de dólares, según informó el Banco Central. Sin embargo, desde la cámara que nuclea a las grandes cerealeras (CIARA – CIC) aseguraron que las ventas fueron por 120 millones, dato que se irá reflejando en el MULC con el correr de los días. “Se irá avanzando de a poco, los bancos todavía están actualizando sus sistemas al nuevo esquema”, afirmó Gustavo Idigoras, titular de CIARA – CEC, en diálogo con El Destape.
Más allá del volumen ofrecido por las exportadoras de soja, la autoridad monetaria solo pudo comprar 2 millones de dólares, lo que demuestra cuán exigida está frente a la demanda de divisas para sostener el nivel de importaciones.
Por otro lado, Agricultura publicará esta semana una resolución en donde explicitará las posiciones arancelarias de las economías regionales que se beneficiarán con el dólar agro a 300 pesos por unidad. Según indicaron a El Destape desde la cartera que conduce Juan José Bahilo, podrían quedar afuera los productos cárnicos y lácteos, más allá de haber sido mencionados dentro del decreto marco. ¿Miedo a un traslado a precios?
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De acuerdo al último Monitor Agroindustrial, elaborado por la CIARA - CEC, todavía quedaban cinco millones de toneladas de la campaña del año pasado guardadas en silo bolsas. En la primera rueda del nuevo esquema participaron pequeños jugadores, dato que se observa al analizar contratos por menos de cien toneladas. Pero lo que primó fue la presencia de los grandes jugadores, es decir los actores que poseen la espalda financiera suficiente para aguantar la cosecha y presionar para una mejora del tipo de cambio, estrategia que llevaron adelante en todas las versiones de este instrumento.
Según la información publicada por el sistema SIO Granos, donde quedan registrados los contratos de compra venta de las diferentes producciones en tiempo real, el miércoles se pactaron 226 operaciones con el nuevo esquema cambiario, por un total de 106.540 toneladas. De este total, el 76% correspondió a contratos superiores a las 1000 toneladas. Es decir, tan solo 26 operaciones movieron 80.956 toneladas.
Transferencias
Desde el Gobierno informaron que se espera un adelanto de liquidación, tanto de soja como de economías regionales, cercanas a los 9.000 millones de dólares, lo que significará una transferencia de recursos extra de 780.000 millones de pesos, como consecuencia del diferencial entre el tipo de cambio oficial y la nueva devaluación quirúrgica conseguida por el sector.
Durante las primeras dos ediciones del dólar soja, las diferentes producciones regionales reclamaron su propio tipo de cambio. En su momento, el ministro Sergio Massa había argumentado que no era factible tal medida ya que se produciría un impacto directo en los precios de algunos alimentos, como los aceites o la carne.
En principio, el nuevo esquema cedió ante las presiones del Consejo Agroindustrial donde están nucleadas más de 50 cámaras patronales de todo el país, ya que varios productos sensibles de la canasta básica alimentaria quedaron incluidos dentro del decreto publicado esta semana por el Poder Ejecutivo.
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Precios
De acuerdo a un informe de la consultora PxQ, el 40% de los productos que componen el IPC se verían alcanzados de forma directa por el nuevo dólar agro.
“Resulta difícil pensar que el esquema de Precios Justos pueda lidiar con las complejidades de una cadena de insumos, procesamiento y comercialización que, a diferencia de lo que ocurre con los granos, no solo se encuentra más atomizada, sino que además reporta un menor beneficio en materia de divisas. Por esta razón, creemos que la regla de inclusión en el decreto de economías regionales priorizará minimizar el efecto sobre los precios domésticos si es que el aporte en materia de divisas no es sustantivo”, indicaron desde la consultora que dirige Emmanuel Álvarez Agis.
Los representantes de la Sociedad Rural Argentina y el Consorcio de Exportadores ABC presionaron para que se les recompusiera rentabilidad a los ganaderos y frigoríficos exportadores, en función de la baja en el precio internacional de este bien.
El objetivo histórico de ambas cámaras patronales es que la Argentina disminuya su consumo anual – ya en caída como consecuencia de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios – para aumentar el volumen de ventas al exterior, frente a un stock ganadero que se muestra inmutable a través de los años.
En el anexo 2 del decreto 194/2023, aparecen listados los productos que se podrían beneficiar del nuevo esquema cambiario, entre ellos las exportaciones de carne, animales vivos y lácteos. La carne posee una incidencia dentro del IPC que va del 7 al 13 en función de la región del país.
Según indicaron a El Destape desde un área técnica clave de la Secretaría de Agricultura, la resolución que se publicará en las próximas horas podría dejar afuera, justamente, a los productos cárnicos. Tal decisión resultaría lógica en función del impacto que posee este alimento dentro del cómputo de inflación, aunque también se espera que pueda generar algún reclamo judicial por parte de los empresarios del sector, en caso de confirmarse algún cambio.