El procesamiento industrial de soja para la producción de aceite y harina cerró el año pasado con una baja del 10% interanual. Según informó la cámara que nuclea a las grandes cerealeras exportadoras (CIARA – CEC), este resultado, sumado a las consecuencias de la sequía, durante el primer bimestre de este año hubo un salto en la capacidad ociosa de la industria que llegó al 74%. “De confirmarse estos resultados a lo largo del año, es probable que Brasil se convierta en el principal exportador de harina y aceite de soja, desplazando a la Argentina”, advirtió la CIARA – CEC en su informe Monitor Agroindustrial.
La caída de la molienda de soja se remonta a los últimos diez años, como consecuencia de un avance de las hectáreas sembradas con maíz y una reprimarización de las ventas de la oleaginosa impulsada por las mismas empresas que forman parte de la industria como un mecanismo para presionar para una baja generalizada de retenciones.
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La proyección de la molienda para la actual campaña sería de 28 millones de toneladas, el menor volumen desde 2004. Según los datos difundidos por CIARA – CEC, en base a las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, la caída será mayor a la registrada durante las sequías de 2009, 2012 y 2017. Según los datos que manejan en el equipo económico, este año las exportaciones caerían 13.000 millones de dólares.
Así y todo, las ventas al exterior de aceite de soja crecieron en febrero, al llegar a las 335.319 toneladas frente a las 307.459 toneladas de enero. En febrero del año pasado habían sido de 231.190 toneladas. Este resultado se explicaría por las importaciones temporarias de soja, que este año podrían llegar a las 7 millones de toneladas según cálculos del equipo económico y el acopio de granos por parte de los grandes grupos de siembra y los propios exportadores.
En pugna por las retenciones
Cuando el Gobierno implementó el fideicomiso público del trigo, financiado con la eliminación del diferencial a las retenciones para el aceite y granos de soja, se profundizó el proceso de reprimarización de las exportaciones agropecuarias. Según la industria, la suba de esos dos puntos de retenciones les quitaba incentivos para la molienda. Sin embargo, el estancamiento data de hace diez años.
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En el fondo, lo ocurre es una puja de los exportadores, nucleados en la CIARA – CEC y el Consejo Agroindustrial, para que se eliminen los derechos de exportación o reestablezcan diferenciales a favor de la industria, tal como reclamaron Gustavo Idígoras, titular de la CIARA y el titular del Consejo Agroindustrial, José Martíns, durante una presentación realizada el pasado 1 de marzo.
“Queremos que el agro entre en un nuevo paradigma, nuestra meta es que lleguemos a los 100.000 millones de dólares solo del complejo agroindustrial y para eso necesitamos que se eliminen los impuestos distorsivos como son los derechos de exportación”, había dicho Idígoras.
Concentración
Según datos del Centro de Estudios Agrarios (CEA), existen en el país 57.780 productores de soja. El 10 por ciento de este grupo concentra el 56 por ciento de la producción con un promedio de 1514 hectáreas de superficie sembrada.
El ranking de esos grupos de siembra está liderado por Adecoagro (210.000 hectáreas), AGD (200.000), Lartirigoyen (150.000), MSU (140.000), Cresud –Elsztain (132.000), Grupo Duhau (120.000), Grupo Andreoli (100.000), Los Grobo (90.000), Grupo Boehler (80.000) y Liag Argentina (79.000). Luego estarían las grandes sociedades con capacidad de acopio, muchas de las cuales también son exportadoras directas. De acuerdo a los datos del CEA, en este rubro juegan Cargill con una capacidad de acopio de 8 millones de toneladas al año, AGD (4 millones), Dreyfus (3 millones), Bunge (3 millones), Cofco (7 millones) y Viterra, ex Glencore (4 millones).
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Además, las exportadoras de granos de soja y sus derivados (aceite y harina) suelen compartir los primeros puestos del ranking de ventas al exterior. Allí están Oleaginosa Moreno (Viterra), AGD, Molinos Agro, Cargill, Bunge, Dreyfus y Cofco, entre otras.
Es decir, son las mismas sociedades que poseen pies en ambos mercados. Parte de la reprimarización de las exportaciones y la menor molienda de los últimos años, profundizada por la actual sequía, se explicaría por la puja de los mismos actores concentrados – los que aun guardan cinco millones de toneladas que serán claves en el nuevo esquema del dólar soja - para institucionalizar la eliminación de los derechos de exportación, entre otros tributos.