La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), descubrió una granja de minería de criptomonedas en San Juan. "La granja se encontraba oculta dentro de una cámara equipada para refrigeración, en la cual supuestamente se almacenaba fruta, según había declarado el dueño de la misma", informó el organismo.
La Dirección General Impositiva (DGI) y la Dirección General de Aduanas llevaron adelante las investigaciones que identificaron a un contribuyente que había importado equipos específicos para minería de criptomonedas utilizando la empresa de la que es socio, valiéndose de la Capacidad Económica Financiera (CEF) de la firma para realizar la importación de bienes de una actividad no declarada.
En primera instancia, el contribuyente expresó ante los agentes fiscalizadores que dichos equipos los había vendido, sin recordar quiénes eran sus clientes. Sin embargo, tras la insistencia de los inspectores concluyó en brindarle el acceso al sitio donde funcionan los mismos. Durante el procedimiento se logró identificar la billetera virtual con la cual operaba el contribuyente para la comercialización de las criptomonedas.
El domicilio en el cual se localizaron los equipos de minería figura a nombre de la madre del responsable, determinándose que el medidor registraba consumos relevantes de energía eléctrica, los cuales resultan concordantes con los generados por los procesadores y placas de video necesarios para el proceso de generación de criptomonedas.
El ingreso de equipos
A fines de junio, la maniobra denunciada por la Aduana en la Justicia el pasado jueves 23 de junio, consistía en importar máquinas de minado de criptomonedas desde China pero facturadas por una empresa extranjera “LLC” con sede en el estado de La Florida, Estados Unidos, a un valor irregular y superior al de mercado. Un seguimiento del tema arroja algunos datos. Por ejemplo, las máquinas arribaron a Ezeiza, con destino a la Zona Franca de La Plata, a un valor unitario de 10.000 dólares promedio.
Se trataba de unas 2233 máquinas por un valor total (FOB) de 21,9 millones de dólares de la marca Whatsminer, variante M30S, y otros modelos.
La investigación realizada por Aduana dio con los valores reales de los productos, por antecedentes de itinerarios e ingresos aduaneros recientes. Es decir, descubrieron que los valores se encuentran en un rango inferior al declarado en los destinos inspeccionadas: entre 5770 y 7420 dólares. A eso se sumó que, de las consultas a las bases públicas para compras de ese producto, el precio también difería con el declarado: entre 6316 y 7700 dólares.
Al realizar un cálculo total, considerando estos valores, la sobrefacturación del total de las importaciones en esta maniobra se estimó en alrededor de los 5 millones de dólares, si bien el monto final, sostienen los investigadores, dependerá del peritaje que se efectúe para determinar la potencia de minería de cada máquina ya que el costo de la máquina está directamente asociado a la potencia para generar criptomoneda.
“Los dólares los debemos cuidar para la producción y la generación de empleo, no para la especulación financiera”, resaltó el director general de Aduanas, Guillermo Michel.