El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz aseguró que “el acuerdo del FMI con Argentina podría cambiar las reglas del juego", en una columna publicada en el portal independiente Proyect Syndicate. Para el economista, el nuevo entendimiento entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) "ha evitado la austeridad".
"Si bien aún está pendiente de la aprobación del Congreso argentino y del directorio del FMI, permitirá que la economía argentina crezca mientras el Gobierno continúa con sus acciones encaminadas a reducir la pobreza y bajar gradualmente la inflación", sostuvo el el Nobel. Según Stiglitz, "es bien sabido que el viejo modelo de austeridad no da resultado", al ratificar su oposición a los planes de ajuste impulsados habitualmente por el organismo multilateral.
"No solo hace que la economía se contraiga e inflija un sufrimiento excesivo en la población; tampoco cumple ni siquiera los objetivos tan específicos de reducir los déficits y aumentar la capacidad de un país para pagar a sus acreedores", resaltó. Además, sostuvo que la Argentina "ha demostrado los beneficios de una estrategia alternativa, centrada en el crecimiento".
"Cuando se permite que la economía se expanda, los ingresos fiscales pueden aumentar rápidamente", consideró. Con relación a "algunos comentarios críticos que sugieren que hay algo en la sangre de los argentinos que hace que su país no sea digno de confianza, como si se tratase de una nación de vagos", afirmó que "no podría estar más lejos de la verdad".
"Cuando el presidente de centro-derecha más reciente, Mauricio Macri, asumió el cargo a fines de 2015, la deuda pública externa de Argentina era relativamente pequeña, del 35% del PIB, debido a las políticas de crecimiento y reestructuración de la deuda de los gobiernos anteriores. Luego, Macri se lanzó a pedir prestado (…) Para 2019, la deuda pública externa de Argentina había aumentado al 69% del PIB", remarcó en el portal.
Stiglitz recordó que el FMI otorgó su "préstamo más grande" al gobierno de Macri en 2018 "sin siquiera imponer condiciones para prohibir que el dinero se use para financiar salidas de capital o pagar deudas insostenibles a acreedores privados". "Lo que sucedió a continuación no es de sorprender: fuga de capitales, contracción económica y una inflación vertiginosa, que alcanzó el 53,8 % en 2019", destacó.