Acumulación de reservas por 4.100 millones de dólares en relación a diciembre. Déficit primario, es decir antes del pago de intereses de la deuda, no mayor a 566.800 millones de pesos. Emisión monetaria no superior a 438.500 millones de pesos. Estos fueron los principales compromisos que Argentina tomó con el FMI para el segundo trimestre de este año, y que el organismo revisará en julio para aprobar o no un nuevo desembolso que permita pagar el crédito tomado por la alianza Cambiemos. La posibilidad de cumplimentarlos, fue estudiado en estos días por la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo - FIDE y el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz – CESO quienes señalan los desafíos que implicará cumplir algunas de estas metas.
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Para el caso de las reservas, Argentina se comprometió a acumular para fines de junio 4.100 millones de dólares extras a los que tenía al 31 de diciembre pasado, es decir llegar a 43.760 millones de dólares de reservas brutas, lo que implicaría 2.200 millones de dólares a frente al cierre del mes de mayo en 41.560 millones.
Desde el CESO, advierten que esta meta es “muy difícil de concretar” en el mes de junio, como consecuencia de la demanda de dólares por la reactivación económica, los mayores costos logísticos de las importaciones, la reanudación del turismo emisivo, la formación de activos externos, es decir dolarización de ahorros cercana a los 200 millones de dólares mensuales, y la cancelación de préstamos internacionales por parte del sector privado, que se mantiene en compras al Banco Central por 500 millones mensuales. También desde FIDE señalan que “el objetivo luce desafiante” aunque añaden dos elementos que podrían ayudar concretar la meta, como el hecho de que en junio habrá un desembolso adicional del FMI, el cual luego de deducirle el pago de vencimientos con el propio FMI, permitirá que el Banco Central acumule 1.400 millones de dólares, así como una mayor entrada de dólares del agro producto de exportaciones demoradas por la sequía.
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Déficit fiscal, el objetivo más complejo
En relación a las metas de emisión monetaria, FIDE señala que“el objetivo está virtualmente cumplido” debido tanto al buen desempeño en los mercados de deuda local durante mayo, que le evitan al tesoro solicitar al Banco Central que emita moneda por fuera de las metas, como por el hecho de que se vendrán Derechos Especiales de Giro del FMI, lo cual también despejará la necesidad de emitir mayor moneda. De hecho, en relación al buen desempeño en la toma de deuda en pesos para evitar emitir moneda, afirman que el Ministerio de Economía consiguió financiamiento por 340.000 millones de pesos más de lo que debía, lo que implica una tasa de refinanciación del 153 por ciento. Desde CESO advierten sin embargo que es justamente la emisión monetaria del Banco Central la que genera los saldos en el sector privado que permiten las colocaciones de deuda del sector público, por lo que refiriéndose a la situación general antes que la especifica del tercer trimestre, señalan que “si se pretende reducir la emisión del BCRA, al Tesoro también se le va a dificultar refinanciar la deuda y conseguir financiamiento extra”.
Diferente es el caso de la meta de déficit primario. Aquí, FIDE señala que de todas las metas, “las exigencias presupuestarias son las que tienen el mayor riesgo de incumplimiento”. Puntualmente, señalan que “los números de abril indican un fuerte deterioro del resultado presupuestario y complican el cumplimiento de la meta para lo que queda del trimestre. CESO señala que “la perspectiva respecto del resultado fiscal también luce difícil de poder cumplirse”, aunque nuevamente hacen referencia al año en curso antes que a la segunda revisión, pues recuerdan no solo que el año pasado cerró con un déficit del 3,5 por ciento del PBI si no se contemplan los ingresos por DEGs del FMI ni el Aporte Extraordinario a las Grandes Fortunas, que este año no estarán, sino que la reducción comprometida al 2,5 por ciento del PBI se deberá efectuar además en un año en el que habrá menor crecimiento y por lo tanto menor recaudación fiscal.
Volviendo al segundo trimestre, FIDE afirma que el FMI ya dejó ver que el cambio de la meta fiscal original podría justificarse, pero sin que se modifique el planteo anual de déficit, por lo cual lo que se gaste de más en el segundo trimestre debería ser compensado en los próximos meses. Pero incluso en este caso, es decir que el FMI permitiera adelantar parte del déficit sin variar su objetivo del 2,5 por ciento anual, desde CESO advierten que tradicionalmente “el déficit fiscal también se hace mayor hacia final del año”, lo que entraría en contradicción con lo que se comprometerá el país para fines de 2022..
Con todo, desde CESO concluyen que “dejando de lado las ingenuidades, el objetivo del FMI es tener a la Argentina sentada en la mesa de una permanente renegociación para, justamente, ir sumándole condicionalidades cada vez más estrictas y dejarnos con menos margen para administrar con autonomía nuestra política económica y exterior”.