Expectativa por el nuevo acuerdo con el FMI: el Gobierno cree que lo cierra esta semana

Esperan que el equipo técnico del Ministerio de Economía viaje este lunes y que el propio Sergio Massa esté en Washington el viernes para la firma final.

16 de julio, 2023 | 15.55

Tras demorarse casi un mes, el Gobierno espera poder cerrar esta semana el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para lo cual se prevé que tanto el equipo técnico del Ministerio de Economía como el propio Sergio Massa viajen a Washington entre mañana lunes y el viernes.

Según pudo saber El Destape de fuentes oficiales, se espera que este lunes por la noche un equipo del Palacio de Hacienda encabezado por el viceministro, Gabriel Rubinstein, y el jefe de asesores, Leonardo Madcur, se dirija a la capital estadounidense para redactar por escrito lo acordado hasta ahora en las videoconferencias.

Si todo evoluciona según lo previsto, la intención es que Massa viaje a Washington para estar allí el próximo viernes al momento de firmar por Argentina ese acuerdo redactado. "Si el viernes se firma, el ministro estaría ahí", aseguraron las fuentes, y explicaron que, en ese caso, "pondrá una pausa a la campaña para cumplir con su gestión". 

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Originalmente, el equipo técnico tenía planificado viajar a Washington a redactar el acuerdo el 18 de junio, para que el ministro lo hiciera algunos días después, pero esas instancias no se concretaron. Poco después, el 28 de junio, el propio Massa aseguró públicamente que el nuevo acuerdo era "inminente", pero tampoco hubo novedades. En las semanas siguientes, el viaje fue vuelto a anunciar y pospuesto nuevamente numerosas veces, la última el martes pasado.

Sin embargo, las fuentes al tanto del desarrollo de las negociaciones que consultó este portal aseguraron que esta vez parece ser diferente. La posibilidad del viaje se realice esta semana "se está instalando con fuerza. Es más probable", afirman al respecto, y señalan que la negociación efectivamente "está evolucionando y llegando a buen puerto".

Los tiempos y el contenido de la negociación de Argentina con el FMI

Lo cierto es que, ahora así, el tiempo se agota. El FMI aceptó posponer para el 31 de julio los vencimientos de todo el mes, por lo que ese día Argentina debería pagar sí o sí unos 2.600 millones de dólares. El problema es que las reservas netas del Banco Central ya se encuentran en unos 5.000 millones negativas, y no parece haber mucho margen para una caída mayor.

Además, el Fondo entra en receso durante la primera quincena de agosto. Esto implica que si no hay acuerdo antes de fin de julio, este quedaría probablemente pospuesto para luego de las PASO, cuando el escenario político, según el resultado electoral que consiga Massa, podría ser diferente al actual. Si la firma del acuerdo escrito se concreta este viernes, quedará solo la otra semana para que el texto sea definitivamente aprobado por el directorio del organismo de crédito.

Desde el Gobierno, en cualquier caso, niegan que el viaje tenga que ver con que los tiempos apremien, y aseguran que su concreción se ata únicamente a que por fin se llegue al acuerdo entre las posturas de ambas partes.

Lo que se desconoce, por el momento, es el contenido de lo que se espera acordar. Se trata de la renegociación más importante desde la firma del primer acuerdo por parte de Martín Guzmán, ya que este debe reescribirse en su totalidad por encontrarse virtualmente caído desde que el Banco Central intervino en los dólares financieros durante la corrida cambiaria de fines de abril.

En ese marco, y por el reconocimiento del FMI hacia los efectos de la sequía, las metas de financiamiento del BCRA al Tesoro, de déficit y de reservas netas se renovarán con la próxima firma. También se daba por seguro que el nuevo texto autorizará la intervención de la entidad monetaria en los dólares MEP y CCL.

Sin embargo, el punto clave será si el Fondo acepta o no adelantar los desembolsos previstos para el resto del año, hecho que, de confirmarse, permitiría darle a Massa un importante resto para combatir las presiones cambiarias que puedan surgir durante los meses electorales.