La Bolsa de Comercio de Rosario advirtió que se reprimarizaron las exportaciones de soja

Para la Bolsa de Comercio de Rosario, la mayoría de las declaraciones juradas de venta al exterior surgidas a partir del último beneficio exportador, fueron para los granos en detrimento de la industria, que suele generar mayor valor agregado. 

23 de septiembre, 2023 | 23.36

Los grandes grupos productores y exportadores de soja, muchos de ellos integrados verticalmente, guardaron buena parte de la cosecha del año pasado en silo bolsas. Para el momento en que el ministro y candidato Sergio Massa anunció el esquema que les permite la libre disponibilidad del 25% de las divisas generadas por sus ventas al exterior, almacenaban cerca de 8 millones de toneladas. Por otro lado, desde comienzo de año, la industria que produce aceites y harinas de esta oleaginosa amenazan con posibles frenos en sus fábricas por la falta de granos para el procesamiento. En parte, culpan a la sequía pero también al Gobierno y su manejo de la política monetaria. Pero los granos están. Los grandes exportadores de granos son, al mismo tiempo, los que industrializan y venden la oleaginosa en forma de aceite y harina. Por una decisión comercial, eligen aumentar la primarización de la actividad, a pesar de que el reciente beneficio fue instituido para promover el valor agregado y el sostenimiento de las industrias.

El dato que grafica el incremento de una primarización de las exportaciones agropecuarias fue difundido por la Bolsa de Comercio de Rosario, que analizó las estadísticas publicadas por la Secretaría de Agricultura.

En las operaciones registradas a través de SIO Granos, se constata que a partir del nuevo programa exportador se generaron operaciones por 3,1 millones de toneladas.

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“Al observar las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) del complejo soja anotadas desde el inicio del PIE V, tomando como tales las que se presentaron desde el 5 de septiembre para embarque en los próximos 360 días, se observa que el 99,7% de las mismas corresponden a exportaciones de poroto de soja, en tanto apenas el 0,3% restante abarcan a aceite y subproductos de soja”, puede leerse en un informe de la BCR.

El Decreto que estableció el nuevo beneficio exportador menciona de manera explícita que el objetivo de la medida “es generar un mayor dinamismo en la actividad de la industria de crushing argentina”. Sin embargo, en la práctica la relación de precios favoreció más a la exportación de poroto sin procesar que a la industria, “cuyos márgenes brutos quedaron en terreno negativo”, según el análisis de la BCR.

Este sería el mismo argumento que brindan desde la cámara que nuclea a los exportadores y la industria (CIARA – CEC). En su último informe Monitor Agroindustrial. “Por la falta de oferta de soja disponible, estimada en 6 millones de toneladas en manos de productores, hay riesgo que las empresas deban parar alguna de sus plantas. Los cierres de la línea de producción traerán aparejados problemas económicos, financieros y laborales”, explicaron desde CIARA – CEC al comienzo de agosto.

Sin embargo, existe otra parte de la historia. La caída de la molienda de soja se remonta a los últimos diez años, como consecuencia de un avance de las hectáreas sembradas con maíz y una reprimarización de las ventas de la oleaginosa impulsada por las mismas empresas que forman parte de la industria como un mecanismo para presionar para una baja generalizada de retenciones.

Los grandes más grandes

 

Según datos del Centro de Estudios Agrarios (CEA), existen en el país 57.780 productores de soja. El 10 por ciento de este grupo concentra el 56 por ciento de la producción con un promedio de 1514 hectáreas de superficie sembrada.

El ranking de esos grupos de siembra está liderado por Adecoagro (210.000 hectáreas), AGD (200.000), Lartirigoyen (150.000), MSU (140.000), Cresud –Elsztain (132.000), Grupo Duhau (120.000), Grupo Andreoli (100.000), Los Grobo (90.000), Grupo Boehler (80.000) y Liag Argentina (79.000).

Luego estarían las grandes sociedades con capacidad de acopio, muchas de las cuales también son exportadoras directas. De acuerdo a los datos del CEA, en este rubro juegan Cargill con una capacidad de acopio de 8 millones de toneladas al año, AGD (4 millones), Dreyfus (3 millones), Bunge (3 millones), Cofco (7 millones) y Viterra, ex Glencore (4 millones).

El último eslabón, o el primero, serían los exportadores de granos y sus derivados. Estas empresas suelen compartir los primeros puestos del ranking de ventas al exterior. Allí están Oleaginosa Moreno (Viterra), AGD, Molinos Agro, Cargill, Bunge, Dreyfus y Cofco, entre otras. Son las mismas sociedades que poseen pies en ambos mercados, que ante la caída del precio internacional de aceites y harinas, apuestan a la primarización.