Las agroexportadoras y aceiteras ubicadas sobre la rica cuenca del Paraná consiguieron una temporaria baja de las retenciones y, con el ello, el Gobierno se evitó un conflicto mayor con las dueñas de los granos y los dólares. Pero podría haber otro conflicto en puerta ya que desde la Federación de Trabajadores Aceiteros denuncian una suerte de “revancha patronal” a partir de la cual se les escatiman las paritarias y el mejoramiento de las condiciones laborales. También denuncian la “militarización” de las zonas portuarias donde se desempeñan.
"Vemos que las empresas no nos ofrecen un salario acorde a las necesidades de los trabajadores. Estamos dispuestos a dialogar, pero no a negociar nuestros derechos. Si las empresas persisten en esta postura de avasallamiento, tomaremos las medidas necesarias para defender a los trabajadores", afirmó Daniel Yofra, secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros.
El conflicto que podría estallar en los próximos días no se resume solamente por el incumplimiento en el pago de un bono de fin de año que había sido acordado en el último diciembre. También se denuncia el despido de cuatro trabajadores en el marco de los reclamos paritarios. En este escenario, Yofra también denunció la militarización de las empresas aceiteras.
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“Esta suerte de revancha patronal contra los aceiteros se produce en conjunto con la militarización de una de las plantas en la que se despidieron trabajadores. Parece que, como ocurrió en diferentes dictaduras, buscan solucionar los conflictos colectivos de trabajo con el uso de las fuerzas de seguridad nacionales, que actúan como mercenarios al servicio de los poderosos”, remarcó Yofra en declaraciones radiales.
Las empresas que están en la mira, denunciadas por la Federación de Trabajadores Aceiteros, son Explora (biodiésel), Renopack (envasadora de aceites) y Vicentin (en concurso de acreedores). “Todos estos graves hechos de incumplimiento patronal se suman a conflictos más largos como el que viene desarrollándose en Bahía Blanca con Viterra –hoy propiedad de Bunge– en los que sistemáticamente se pretenden desconocer los derechos laborales”, aclararon desde la Federación.
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Poder de fuego
El sector agroexportador ofreció signos de una mayor concentración. Durante 2024, tan solo cinco exportadoras se quedaron con el 62% del mercado, con un total de ventas por 41,71 millones de toneladas. Las cinco que lideraron el ranking fueron Cargill, en primer lugar, luego seguida por Viterra, COFCO, Bunge y LCD. Estos datos fueron analizados por la Bolsa de Comercio de Rosario en base a las declaraciones juradas de ventas al exterior de la Secretaría de Agricultura. Pero hay un dato más alarmante. Tan solo dos empresas, que en realidad son una, concentran el 25% del mercado. Este sería el caso de las fusionadas Bunge y Viterra.
La concentración en el sector agroexportador va desde los grandes productores, los acopios y las exportadoras. Allí radica la musculatura de la llamada Mesa de Enlace para presionar por su santo grial: la baja de retenciones o una devaluación.
El conjunto de las aceiteras y agroexportadoras no solo ofrece signos de una mayor concentración sino que muestran su poder de fuego para presionar por una recomposición de su rentabilidad, tal como acaba de ocurrir con la baja temporal de las retenciones.
El conjunto de empresas se mantiene sentadas sobre millones de toneladas de soja.
En su último informe Monitor Agroindustrial, la CIARA CEC brindaba los siguientes datos:
- El 40% de la cosecha de soja (20,392 millones toneladas) está en manos de productores o entregadas sin fijar precio.
- El 13% (4,813 millones toneladas) del volumen que podría ser exportado esta campaña (36 millones de toneladas) de maíz todavía está sin precio, ya sea porque aun no fue vendido por el productor o fue entregado, sin fijar precio.
- Quedarían 25,2 millones toneladas de granos (soja + maíz) sin vender o fijar precio. De ese total el 81% corresponde a la soja con (20,3 millones de toneladas) y el 19% a maíz (4,8 millones).
- En el caso de la soja hay 20,3 millones en manos de productores en silos de almacenaje propios o de terceros e incluye el volumen que se ha entregado a fijar y están pendientes de fijar precio.
Las cerealeras saben cómo presionar. En 2022, al cierre de diciembre tanto las exportadoras como los grandes productores y acopios retenían en sus silos el 20% de la cosecha de soja de ese año; el por entonces ministro de Economía, Sergio Massa, tuvo que cederles el primer Dólar Soja. Milei enfrenta un sobrestockeo del 40%