La Unión Europea dividida ante el nuevo acuerdo fiscal

07 de diciembre, 2023 | 13.22

El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, admitió hoy que su país y Alemania están divididos en las negociaciones por el nuevo acuerdo fiscal de la Unión Europea (UE) que entrará en vigencia desde el año próximo, tras suspenderse tres años por la pandemia de Coronavirus.

Le Maire señaló que Francia realizó ya grandes concesiones a Alemania en las negociaciones, especialmente en lo que refiere al ritmo que tendrán los países europeos para reducir su deuda, pero que aún no se arribó a un acuerdo.

“Francia quiere reglas claras, firmes y creíbles y rechazará las que impidan cualquier tipo de inversión o reforma estructural”, señaló el funcionario francés a la prensa, en declaraciones citadas por la agencia Bloomberg.

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Uno de los puntos del acuerdo fiscal propuesto es que los países que superen el 3% de déficit entren en un procedimiento de “déficit excesivo” (EDP), una senda de reducción del gasto que establece un ajuste anual mínimo de, al menos, 0,5% del Producto Bruto Interno (PBI).

Uno de los puntos en debate es si en esos ajustes se incluirán o no los intereses.

Francia, por otro lado, reclama una mayor flexibilidad en esta reducción del gasto, y pide rebajarlo a 0,3%, para dejar un mayor margen para reformas e inversiones.

Del mismo modo, esta reducción del mínimo permite un mayor sostén en el caso de fluctuaciones económicas.

Este se trata del “único punto que falta para el acuerdo”, según señalaron fuentes comunitarias a la agencia Europa Press.

“No aceptaremos reglas que empeoren las dificultades económicas del continente europeo. Si el pacto prohíbe la inversión, entonces no habrá ninguna innovación; si no hay innovación, no habrá una mayor productividad; y si no hay productividad, no habrá ningún crecimiento”, remarcó Le Maire.

Además de la reducción del déficit al 3% del PBI, el acuerdo prevé también una reducción anual de la deuda en aquellos países cuya deuda supere el 60% del PBI.

La propuesta de España, en ese sentido, es una reducción anual de la deuda del 1% del PBI para los países con un endeudamiento total superior al 90%, como es el caso del país ibérico, y un ajuste del 0,5% anual para los países con una deuda de entre el 60% y el 90%.

En el caso de los países con alta deuda, pero bajo déficit, se les pedirá reducir el rojo fiscal por debajo del piso de 3% para tener un mayor “colchón” y responder a posibles shocks económicos.

Con información de Télam

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