Electromovilidad: de qué hablamos cuando hablamos de autos eléctricos

15 de octubre, 2023 | 11.48

Con el concepto genérico de "autos eléctricos" se busca describir una realidad más compleja de lo que aparenta ser en una primera aproximación, pero una mirada más atenta permitirá encontrar diferencias de importancia tanto en las tecnologías de propulsión como en el modo de carga y -como aún ocurre con la telefonía celular- las clases de conexión.

Esa complejidad llevó a varias clasificaciones, por el momento provisorias, que incluso podrían ampliarse a medida que el mercado de la electromovilidad siga creciendo e incorpore avances tecnológicos aún no puestos en práctica.

Télam consultó a Roberto Stazzoni, socio fundador de la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (Aavea) y secretario del Grupo de Trabajo de la Asociación Electrotécnica Argentina (AEA), quien elaboró una de las más completas clasificaciones conocidas, en un documento que - aclaró- "debe ser revisado con la participación de los actores clave de la actividad, los cuales nos ponemos a disposición de las autoridades".

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Ese documento sujeto a discusión pública reconoce cuatro tipos de vehículos eléctricos diferentes, según la tecnología de propulsión utilizada:

1.- Vehículo Eléctrico a Batería (VEB), que en su denominación en inglés es conocido como Battery Electric Vehicle (BEV): Se trata de cualquier vehículo de uso terrestre, para transporte de pasajeros o de carga, propulsado por uno o más motores eléctricos que obtienen su energía desde una batería recargable incluida en el vehículo. Para asegurar una autonomía suficiente, este tipo de vehículo debe contar con un banco de baterías notablemente grande.

2.- Vehículo Eléctrico Híbrido Convencional (VEHC) o Hybrid Electric Vehicle (HEV): En este caso, es propulsado por un motor de combustión interna que, además, incorpora un motor eléctrico auxiliar. El motor eléctrico funcionará apoyando al motor de combustión interna en las situaciones donde este último es menos eficiente, como ser las aceleraciones.

Algunos VEHC pueden funcionar en forma 100% eléctrica hasta una determinada velocidad o autonomía y necesitan baterías de menor capacidad y volumen que un VEB. El motor de combustión actúa como generador para recargar la batería, con lo cual no es necesario conectarlos a una red de distribución eléctrica.

3.- Vehículo Eléctrico Híbrido Enchufable (VEHE) o PHEV (Plug-In Hybrid Electric Vehicle): Funciona de igual manera que el anterior, pero agrega un cargador eléctrico de manera que la batería también puede cargarse desde una fuente de energía externa.

4.- Vehículo Eléctrico a Celda de Combustible (VECC) o Fuel Cell Electric Vehicle (FCEV): Es propulsado por uno o más motores eléctricos que obtienen su energía desde una celda de combustible a través de una reacción química. El tipo de combustible utilizado por la celda es hidrógeno, el cual se almacena en un tanque especialmente diseñado y debe recargarse desde una fuente externa. Los VECC incorporan una pequeña batería eléctrica para mantener con energía al vehículo cuando la celda de combustible no está generando electricidad.

Otro tema a tener en cuenta es la clase de conexión, en la que existen tres posibilidades en cuanto al cable que conecta al vehículo con el dispositivo de carga: que sea parte integral del móvil, del equipo de recarga o de ninguna de las dos partes, dilema al que más de una vez tuvo que enfrentarse más de un usuario de cualquier electrodoméstico.

Una tercera opción a considerar es el modo de carga, ya que no es lo mismo los equipos alimentados a corriente alterna que a continua.

Los primeros requieren de más tiempo para el usuario y son por lo general utilizados para la recarga domiciliaria o para cubrir trayectos cortos, instalados preferentemente en centros comerciales u oficinas.

Los de corriente alterna suelen estar instalados en corredores estratégicos como rutas y son empleados por vehículos que necesitan una mayor autonomía, como el transporte de carga o de pasajeros.

Con información de Télam