El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de China registró una suba de 0,1% anual en agosto, dejando atrás la deflación de 0,3% del mes anterior, según informó hoy la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) de ese país.
A diferencia de lo que ocurrió a fines de 2020 y principios de 2021, cuando la deflación respondía mayormente a la caída de los precios de la carne de cerdo, la más consumida en el país, la deflación que tuvo China en julio se enmarcó en una caída generalizada de la demanda en la economía, tanto la externa como la doméstica.
La menor demanda en el consumo y la caída de los exportadores impulsó a las fábricas a reducir los precios para deshacerse del exceso de stock.
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Este fenómeno, si bien positivo para el poder adquisitivo, a largo plazo podía provocar una caída en la demanda dado que los consumidores retrasarían las compras esperando mayores caídas en los precios.
En agosto, los precios volvieron a terreno positivo, aunque muy levemente, con el 0,1% incluso por debajo del 0,2% que estimaban un grupo de analistas consultados por la agencia de noticias Bloomberg.
En tanto, la inflación núcleo, que no toma en cuenta los valores volátiles de la energía y los alimentos, fue del 0,8%.
En contrapartida, los precios industriales a la salida de las fábricas siguen en contracción, con una caída del 3% anual y encadenando el undécimo mes consecutivo de declive, pese a moderarse respecto del retroceso de 4,4% del mes pasado.
El incremento anualizado en el IPC fue impulsado por las vacaciones del verano (boreal), que sostuvieron el transporte, el turismo cultural, el alojamiento, catering y otros sectores, explicó Bruce Pang, economista en jefe de la consultora Jones Lang Lasall.
En tanto, la moderación en la contracción de los precios industriales se vio apoyada por los efectos de base comparativa y la suba en los precios internacionales del petróleo.
El regreso al terreno positivo de la inflación puede representar un signo de que las últimas medidas de estímulo de Beijing están dando sus frutos en la economía.
Entre otras decisiones, el Banco Popular de China el banco central de ese país- redujo las tasas de interés de forma sorpresiva el mes pasado, mientras que los gobiernos locales aceleraron la emisión de bonos especiales para financiar proyectos de infraestructura.
Del mismo modo, las autoridades incrementaron las deducciones de impuestos para cuidado parental con el objetivo de motorizar el consumo y exigieron a los bancos que reduzcan las tasas en las hipotecas vigentes, recortando también los requisitos de las mismas en algunas ciudades para impulsar el mercado inmobiliario.
Además del leve repunte de la inflación, otros datos mostraron indicios de un cambio de dirección en la actividad de China: la contracción en la actividad manufacturera registró una moderación en agosto, al igual que la caída de las importaciones.
No obstante, los especialistas no descartan que, en los próximos meses, el IPC chino vuelva a entrar en deflación por el estancamiento en el sector inmobiliario y el comercio exterior.
En general la inflación sigue apuntando a una demanda débil y requerirá más apoyo de políticas en el futuro cercano, remarcó Zohu Hao, economista en jefe del banco de inversión Guotai Junan International Holdings.
Con información de Télam