El defensor Lucas Merolla afirmó hoy que "nunca" quiso irse en condición de libre de Huracán, donde lo apartaron en los últimos seis meses por no renovar el contrato y quedó con el pase en su poder tras un "maltrato" de la dirigencia de David Garzón.
"Nunca quise quedarme libre. Hace dos años que le venía pidiendo para renovar y ellos esperaron a seis meses. Les pedía el aumento para mantener a mi familia, queríamos comprar una casa. No fue mi culpa llegar a esta instancia, pensé que los dirigentes de Huracán se iban a hacer cargo del error y nunca pasó", comentó el central en una entrevista con ESPN.
"Si me equivoco en este paso de la carrera, no tengo margen. Yo trabajé mucho para llegar a esta instancia y del otro lado nunca me quisieron ver bien. Tuve que escuchar a mi cabeza porque con el corazón firmaba ahora. Huracán es y será mi casa. Tengo una gran relación con el hincha aunque algunos me putearon y los entiendo porque se dijeron muchas cosas. Quiero volver alguna vez al club, es triste cerrar así mi ciclo", detalló.
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Merolla, que era capitán de Huracán y una de las figuras del ciclo Diego Dabove, terminó este semestre entrenándose a contra turno y en soledad, mientras que ahora se irá con el pase en su poder a otra institución. Según confió en la misma entrevista, el defensor seguirá su carrera en Mazlatán de la Liga de México, por lo que viajará en "estos días".
"Mi idea era irme con una venta. Los dirigentes me prometieron que me vendían en diciembre del año pasado aunque no sea del agrado de ellos. Lamentablemente me fracturé la tibia en el medio y ahí fue cuando me di cuenta de quiénes estaban conmigo, la verdad que del otro lado eran pocos: mi familia, mis amigos, mi representante y me hizo un clic la cabeza", recordó.
En esta temporada, el defensor solamente fue parte del once cuando le ganaron a Defensa y Justicia por 4-2 en Florencio Varela, en el primer partido de la Liga Profesional de Fútbol (LPF). Esto es un contraste comparado con los torneos anteriores, que sumó 77 presencias y tres goles.
En ese momento, Diego Dabove era el entrenador, con quien Merolla se mostró "agradecido" porque lo bancó hasta el final.
"Yo quise irme a Boca con una venta pero no se pusieron de acuerdo en los números. Yo quería dejarle plata a Huracán, era mi único deseo. Ellos dijeron que les ofrecieron poco. Mi contrato estaba arreglado", relató.
"Les pedí que me renueven el contrato para tener un aumento y no quisieron. Me di cuenta que ellos no me respaldaron como esperaba. Yo decidí ahí esperar para volver de la lesión y no quise renovar con ellos cuando volví a los cinco meses y medio. Necesitaba el dinero, no quería ser el mejor pago del plantel e incluso siendo el capitán era de los peores sueldos. En el momento que regresé les dije: 'Acá estoy aunque ustedes no lo creían. Quiero una mejora salarial'. Nunca vinieron a dármelo", lamentó al borde de las lágrimas.
Además, Merolla sostuvo que vivió un tiempo "duro" en el que se ilusionó con ser "parte" del equipo en una campaña que lo tiene entre los últimos de la tabla general, peleando por la permanencia y eliminado de la Copa Sudamericana.
"Si hay jugadores que no se dan cuenta lo que se está jugando Huracán ahora se tienen que ir. Yo veo al equipo y noto un equipo caído en todo sentido", sentenció.
Con información de Télam