(Por Walter Vargas).- Cuando parecía irremediablemente eliminado, perdía 5-3 en el acumulado, Thibaut Courtois se había salvado tres veces y el reloj era un adversario adicional, el Real Madrid puso sobre la mesa el valor capital de su camiseta y consumó una remontada épica que le permitirá ir por su decimocuarta Liga de Campeones de Europa el 28 de mayo próximo frente al Liverpool en el Stade de France.
Lo hemos tenido todo: sacrificio, suerte y energía, describió Carlo Ancelotti una gesta que hizo estallar de júbilo al Santiago Bernabéu como pocas veces o ninguna en su larga historia.
En efecto, la redonda semblanza del entrenador italiano repuso la enorme fortaleza mental de su equipo pese a no encontrar los caminos al arco de Manchester City, recibir el gol de Riyad Mahrez y disfrutar de los enormes atajadas del belga Courtois y de una providencial salvada de Ferland Mendy sobre la misma línea del arco.
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Pero aceptado el guiño de la providencia, el gigante madrileño tenía reservados minutos dignos de un guión de Hollywood: el brasileño Rodrygo anotó por duplicado en el límite del tiempo regular y el añadido y Karim Benzama fabricó un penal y lo convirtió a poco de iniciado el suplementario.
Demolido emocionalmente, abatido, Manchester City y su técnico Pep Guardiola vieron esfumarse lo que habían construido en casi tres horas de juego entre Etihad y el Bernabéu.
De esta manera el equipo inglés sigue prisionero de esa especie de maldición que lo persigue en la esquiva Champions League que, por lo contrario, parece hecha a medida de los Merengues.
Nadie la ha sabido alzar tantas veces como Real Madrid, un total de 13: 1955-56, 1956-57, 1957-58, 1958-59, 1959-60, 1965-66, 1997-98, 1999-00, 2001-02, 2013-14, 2015-16, 2016-17 y 2017-18.
Liverpool, por su parte, la ha ganado en seis ocasiones: 1977, 1978, 1981, 1984, 2005, 2019.
(Milan suma 7, Bayern Münich 6 y Barcelona 5).
Además de sus múltiples recursos, el cuadro británico también tuvo que sacar a relucir su estirpe copera, toda vez que el martes llegó a sufrir dos goles del Villarreal (Boulaye Dia y Francis Coquelin) y la semifinal parecía inclinarse hacia el lado del sorprendente Submarino Amarillo que había dado cuenta de Juventus en el Olímpico de Turín y del Bayern Münich en el Allianz Arena.
Sin embargo, en una frenética arremetida de doce minutos Liverpool enmudeció el estadio de La Cerámica, remontó el score con anotaciones de Fabinho, Luis Díaz y Sadio Mané y pasó a la final con un acumulado de 5-2.
La legendaria Orejona será disputada entonces por Liverpool y el Real Madrid el próximo sábado 28 en el Stade de France de Saint-Denis.
Entre otros acontecimientos, en ese estadio la selección francesa se hizo de la Copa del Mundo de 1998, versus la de Brasil, de la mano de Zinedine Zidane.
Con información de Télam