La historia de Independiente se manchó fuera de la cancha

12 de julio, 2022 | 21.09

La riquísima historia futbolística de Independiente, el club que más Copas Libertadores ganó desde que comenzó a disputarse este certamen en 1960 con siete conquistas, una cantidad inalcanzable pese a que hace 38 años que obtuvo la última en 1984, quedó manchada en los últimos años por la incidencia de los de afuera de la cancha, los que quisieron dirigirlo, no sus hinchas.

Independiente fue el creador de la "mística copera", esa frase instalada en los años 60 y revitalizada cuando ganó justamente cuatro Libertadores consecutivas entre 1972 y 1975, con formaciones que se repetían de memoria con el paso del tiempo y estos torneos los disputaban esencialmente los mejores de cada país, y no se desvirtuaron como en la actualidad con participaciones multitudinarias.

La imagen del capitán Jorge "Chivita" Maldonado parado en la mitad de la cancha delante de sus compañeros, que iban girando 180 grados para saludar al público ubicado en los cuatro costados de la cancha, fue un emblema "rojo" que el técnico Ariel Holan actualizó en el campeón de la Sudamericana 2017.

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Pese a que fue una conquista internacional, ese logro era hijo de la decadencia, porque cuatro años antes, un 15 de junio de 2013 el "Rey de Copas" había sufrido la ignominia de descender por primera y única vez en su historia.

Y tres años antes de esa caída a la B Nacional, con Antonio Mohamed como entrenador, también había ganado la Copa Sudamericana. El padre de esa decadencia mencionada. A Independiente ya le quedaban cada vez más lejos las Libertadores de antaño, esas que le dieron lustre internacional.

El tiempo pasó, las dirigencias se sucedieron, y la realidad de "los gallegos" que fundaron el club el primer día de 1905 y desde la colectividad parieron directivos que lo fueron haciendo tan grande en lo deportivo como en lo institucional hasta convertirlos en verdaderos mitos de esa mitad roja de Avellaneda, hoy son eso: mitos que las nuevas generaciones desconocen y los mayores añoran como nunca antes.

Porque el hincha de Independiente genuino extraña más a,los buenos dirigentes que a los Ricardo Bochini, Elbio Pavoni, José Pastoriza, Miguel Ángel Santoro o Ricardo Bertoni, entre tantos otros grandes jugadores del Siglo XX.

Y no es extraña esa nostalgia a la luz de los hechos que hoy, 12 de julio de 2022 vieron al club tocar fondo otra vez, como aquella mencionada jornada del descenso, pero aun peor pese a no peligrar por ahora la permanencia en primera. Es que esta vez el futuro y la posibilidad de volver a ser no se avizoran por ninguna parte.

Porque los dirigentes que están no se quieren mover pese a que ven como la institución se sigue desangrando, y en esa actitud todo se va rompiendo, como por ejemplo ocurrió este martes con el alejamiento de un buen entrenador como Eduardo Domínguez, que aguantó hasta donde pudo, y cuando no pudo más, decidió irse.

Porque los jugadores que están en el primer equipo se quieren ir y aquellos a los que van a buscar no quieren venir, aunque estén jugando en clubes más modestos. Y eso ocurre porque ya no lo ven a Independiente como un grande, porque eso quedó en el pasado, y hoy no hay presente y mañana no habrá futuro.

Porque ahora parece que pueden adelantarse elecciones mientras los dirigentes que están, o algunos de ellos, disparan hacia todos lados para encontrar a algún reemplazante de Domínguez (dirigió 29 partidos, con la misma cantidad de victorias que derrotas), y aparecen nombres de trayectorias y contenidos tan disímiles como los de Mauricio Pellegrino y Luis Islas, Frank Kudelka y Jorge Almirón o Martín Palermo y Holan.

Tiros al pichón sin puntos de referencia, que siguen revolviendo una herida cuya cicatrización seguramente llevará mucho tiempo.

Porque Independiente no dejará nunca de ser el "Rey de Copas" ya que ese mote no se lo ganó por la cantidad de Libertadores cosechadas, sino porque fue el primer equipo argentino en llegar a los 12 títulos internacionales (se sumaron Copas Intercontinentales, que ganó dos, e Interamericanas), y en el rango "truquero" la baraja con el rey tiene ese número.

Independiente nunca perdió una final de Copa Libertadores. Las siete que jugó las ganó. Pero lo que no pudieron los más grandes equipos de Sudamérica dentro del campo de juego, lo consiguieron sus propios dirigentes de las últimas décadas: verlo derrotado por responsabilidad de los que nunca se ponen pantalones cortos.

Con información de Télam