En el marco del estreno de la serie Maradona: Sueño bendito, la cual tendrá lugar en Amazon Prime a partir del 29 de octubre, te traemos una historia profunda desde el lugar de nacimiento del Diego. La misma se relaciona con un gran amigo suyo como lo fue Gregorio Salvador “Goyo” Carrizo. En esta nota detallamos los momentos más importantes de su vida y la relación que tenía con "Pelusa".
Más de un amante del fútbol que escuchó sobre él se quedó con las ganas de verlo jugar en una cancha en primera división. Y aunque no estuvo lejos sí dejó una huella y le abrió el camino al más grande de todos los tiempos. Literalmente fue quien lo recomendó para jugar en Argentinos Juniors y de ahí en más es historia conocida. Títulos, reconocimientos, ídolo en todo el mundo, campeón en México 1986, entre tantos logros.
Gregorio nació en Villa Fiorito con algo más que sangre en las venas, con la pelota abajo del brazo, con el alma del potrero y destinado a ser figura. Tuvo hasta la suerte de compartir barrio con Diego pero quedó a su sombra a pesar de que, según afirman, era hasta mejor que él. Con habilidades y destreza a la hora de jugar al fútbol se ganó un lugar entre los Cebollitas de la generación del 60 donde brilló pero su sueño quedó trunco.
Lamentablemente ese prometedor presente no tuvo el mejor destino. La rotura de ligamentos cruzados a los 20 años lo marginó del fútbol por un tiempo y su carrera dio un giro inesperado. Nunca terminó por completo la recuperación de la mencionada lesión y esto hizo mella en su rendimiento al mismo tiempo que un tal Maradona triunfaba jugando al deporte que ambos amaban.
La inolvidable anécdota de su infancia
Tantas eran las ganas de jugar de aquel niño llamado Diego Armando que ni una mano y un brazo lastimados a causa de un sifón roto lo detendrían. Carrizo recordó hace unos años un momento imborrable compartido con "Pelusa", su familia y el por entonces técnico Francis Cornejo. Poco le importó al futuro campeón del mundo que jugó enyesado y convirtió 5 goles en el triunfo por 7 a 0 ante Banfield para luego ser campeones.
Algo no cambió en la vida de “Goyo”. Vive en la casa que lo vio nacer, en su barrio. En el lugar donde conoció al mejor de la historia, a quien recomendó al mencionado Cornejo para que juegue en el “Bicho” de La Paternal. Tuvo posibilidades de irse de su lugar de origen a vivir a un departamento brindado por el club de turno, pero no lo hizo aunque tuvo varias ofertas. Su juego estaba en el barrio, en su zona de confort.
Igualmente tuvo breves pasos por Dock Sud, All Boys, Independiente Rivadavia y Talleres de Mendoza y por último Barracas Central pero no prosperaron. También una muy mala experiencia yendo a jugar a Libertad de Paraguay. Sufrió una estafa, casi no vuelve al país y para su suerte Eugenio Morel, padre del exdefensor Claudio Morel Rodríguez lo salvó pagándole el pasaje de vuelta a Argentina.
La relación de su familia con Maradona y el crack que descubrió
Tiene seis hijos y dos de ellos están relacionados a su gran amigo. Diego Armando y Gianinna en honor a Maradona y a una de sus hijas. Sin embargo no son los únicos a los que vio crecer. Tiempo después de atravesar una difícil depresión Carrizo trabajó como caza-talentos (lo que aún realiza) y coordinó infantiles en Huracán en donde descubrió a Gonzalo “Pity” Martínez, a quien llevó a probar a Boca y Banfield sin éxito alguno.
En 2014 se estrenó un documental llamado "El otro Maradona" en el que cuentan los caminos tanto de "Goyo" como de Diego desde su nacimiento en Villa Fiorito, con sólo nueve días de diferencia (Gregorio era más grande), a lo que llegaron gracias a ese potrero que los unió. En un momento especial con el estreno de la serie sobre la vida de su amigo es importante recordar que alguna vez existió un Maradona que no fue.