Scaloni: tranquilidad y liderazgo desde la cordura

El entrenador de la Selección Argentina presentó la lista y detrás de eso hay muchas ilusiones de futbolistas. 

12 de noviembre, 2022 | 00.05

“Esta es la lista de los jugadores elegidos para el Mundial Qatar 2022” Así comenzó el DT de la Selección Argentina, Lionel Scaloni, a enumerar cada uno de los apellidos que finalmente integraron la nómina de 26 jugadores que entre el día de ayer jueves y el próximo lunes, estarán arribando a Abu Dhabi comenzando a desandar el camino hacia el amistoso frente a Emiratos Árabes el día 16 y luego el debut frente a Arabia Saudita el martes 22 de noviembre a partir de las 7 hs de la Argentina en el Mundial de Qatar.

La lapicera que giraba entre sus dedos, delataba una ansiedad que pocas veces demuestra el hombre nacido en Pujato, provincia de Santa Fe, quizás poniéndose en el lugar de ese apellido que estaba a punto de quedar en el lugar 27 de la lista y afuera del Mundial: en la pelea de los Correas, Joaquín tuvo más ángel.

El lunes vencía el plazo, pero hubiera sido algo desprolijo para un cuerpo técnico muy prolijo y respetuoso de los nombres y las personas, dejar librada la confirmación de la lista a aquellos periodistas que están en Abu Dhabi a medida que iban arribando los jugadores. Significaba ir poniendo una tilde en el graph a la foto de cada jugador que iba llegando con sus valijas y sus ilusiones. Anticipèndose a esa situación, Lionel Scaloni entendió que no solo hay que ser, sino parecer.

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Este proceso llegó al Mundial con pocas dudas. Confirmada la lamentable lesión de Giovani Lo Celso, un jugador tan importante en el esquema de esta Selección a punto tal que el DT lo consideró irreemplazable desde lo futbolístico, las últimas horas se debatieron por un lado entre la evolución de la lesión de Paulo Dybala y por el otro, si Lionel Scaloni priorizaba un noveno defensor que puede además ofrecer la posibilidad de jugar también en el mediocampo y aportar altura en el juego aéreo para aguantar quizás los últimos minutos en algún partido que sea necesario. El cordobés surgido en Instituto y el ex jugador de Estudiantes de La Plata, ambos sin estar en su plenitud física, finalmente ocuparon los ansiados asientos 25 y 26.

¿Se le puede hacer frente a los bajones en los rendimientos y a las lesiones que en general son los condicionantes en instancias definitivas, no sólo de ser considerado en una lista sino para llegar a jugar un mundial?  Sí, pero no siempre.

Un jueves de febrero de 1989, me confirman que Carlos Salvador Bilardo me iba a convocar para la Selección Argentina que caminaba tranquilamente hacia el Mundial de Italia ´90, por haber sido el campeón en México ´86. Yo tenía 23 años en ese momento y había integrado las Selecciones Juveniles dirigidas por Carlos Pachamé, lo que significaba que el “narigón” me conocía bien.

El domingo siguiente cuando sólo habían pasado 72 horas de la noticia, en cancha de Instituto de Córdoba un planchazo me astilla la base de la tibia de la pierna derecha. Un gran problema, no sólo por la gravedad de la lesión sino porque la evolución de la medicina deportiva lejos estaba de ser la de hoy. Y además, por lo poco que colaboraba mi pierna izquierda, limitada sólo a la tarea de poder mantenerme en pie.

Falta de buenos consejos y tres operaciones en un año y medio, me negaron la chance de compartir en una cancha las puteadas de Diego a los italianos que chiflaban el himno. 

Finalmente, la lista de Lionel Scaloni (de un equipo que no depende tanto de las individualidades sino del funcionamiento del mismo) quedó conformada de la siguiente manera: 

Arqueros: Emiliano “Dibu” Martínez (Aston Villa), Gerónimo Rulli (Villarreal), Franco Armani (River)

Defensores: Nahuel Molina (Atlético de Madrid), Gonzalo Montiel (Sevilla), Cristian Romero (Tottenham), Germán Pezzella (Betis), Nicolás Otamendi (Benfica), Lisandro Martínez (Manchester United), Marcos Acuña (Sevilla), Nicolás Tagliafico (Olympique de Lyon) y Juan Foyth (Villarreal)

Mediocampistas: Rodrigo De Paul (Atlético de Madrid), Leandro Paredes (Juventus), Alexis Mac Allister (Brighton), Guido Rodríguez (Betis), Alejandro Gómez (Sevilla), Enzo Fernández (Benfica), Exequiel Palacios (Bayer Leverkusen)

Delanteros: Ángel Di María (Juventus), Lautaro Martínez (Inter), Julián Álvarez (Manchester City), Paulo Dybala (Roma), Nicolás González (Fiorentina), Joaquín Correa (Inter), Lionel Messi (París Saint-Germain)

¿Vale ilusionarnos? Claro, como que no. Primero, por el gran nivel en el que llega Lionel Messi, el mejor jugador del mundo.

Y porque muchos de estos jugadores que vivieron las frustraciones deportivas de Lionel Messi por televisión y lo tenían en el poster de su habitación, hoy lo tienen a su lado. 

Muchos de ellos, así como sienten que lo ayudaron a ganar la Copa América en el Maracaná para desprenderse de una pesada mochila, también quieren ganar este mundial de Qatar más por Lionel que por ellos mismos. 

Scaloni logró armar un grupo compacto de jugadores a los que convenció con su propuesta y por sobre todas las cosas, sabiendo que cosas hacer y cuales no hacer luego de haber vivido desde adentro los desarreglos del ciclo Sampaoli y del Mundial de Rusia 2018.

Liderazgo desde la tranquilidad y la cordura. 

Faltan 10 días para que en el Estadio Lusail, más de la mitad de este plantel debute en un mundial y en el banco tendrá al director técnico más joven del torneo. Como para pensar también a mediano y largo plazo.

¿Vale ilusionarnos? Claro, como que no. 

Porque esta Selección Argentina se parece mucho a un equipo de barrio, de esos que nunca te dejan tirado. 

La próxima les cuento por qué.