Poco más de un mes esperó San Lorenzo de Almagro para quedarse con el primer título internacional de su historia a nivel profesional. La crisis del país en 2001, postergó la final de vuelta de la Copa Mercosur ante Flamengo que se iba a disputar en el Nuevo Gasómetro el 19 de diciembre y se jugó un 24 de enero de 2002. El Destape habló con el periodista e hincha del "Ciclón", Gustavo "Capitán" Fernández, que vivió ese momento tan especial como un fanático a sus 18 años.
Hasta aquel momento, era un hecho inédito que un equipo argentino jugara el duelo decisivo. Tres brasileños (Palmeiras, Flamengo y Vasco Da Gama) ganaron el torneo los años anteriores. Este certamen, organizado por Conmebol, lo peleaban 20 clubes entre los que había 7 de Brasil, 6 de Argentina, 3 de Chile, 2 de Uruguay y 2 de Paraguay. La Mercosur se dividía en cinco grupos de cuatro con partidos de ida y vuelta y sólo 8 avanzaban a la fase final para definir al campeón.
San Lorenzo, por entonces dirigido técnicamente por el “Ingeniero” Manuel Pellegrini, disputó la fase de grupos y quedó en segundo lugar detrás del Flamengo con tres triunfos, un empate y dos derrotas. El “Ciclón” se posicionó por encima de Nacional de Montevideo y Olimpia de Paraguay. De esta manera, el elenco dirigido por Pellegrini accedió a los cuartos de final donde eliminó a Cerro Porteño por un global de 6 a 3. En semifinales dejó en el camino a otro equipo “Carioca”, como el Corinthians (5-3 en el global) y pasó a la gran final.
“Esa copa fue muy dura. San Lorenzo tuvo un técnico con mucha capacidad como Pellegrini que trató de tener una columna vertebral. Las piezas cambiaron mucho pero la columna de Saja, Ameli, Michelini, Ervitti, Franco, ‘Pipi’ Romagnoli y Romeo fue fundamental. Le daban la tranquilidad para enfrentarse a rivales importantes. El equipo pasó de ser humilde a formarse de una manera muy interesante”, nos contó el periodista de D Potrero, De Boedo Vengo y Guantes Azulgranas, Gustavo "Capitán" Fernández, quien en aquellos años lo vivía como hincha.
La final de ida se llevó a cabo en el Estadio Maracaná un 12 de diciembre de 2021 y terminó 0 a 0. San Lorenzo tenía toda la presión de definirlo en casa y lo logró poco más de un mes después debido al mal momento que pasaba nuestro país. “Tenía la entrada, pero mi vieja no me dejó ir el 19 de diciembre por lo que pasaba en el país. Ganarla valió oro, porque no teníamos copas internacionales. Para San Lorenzo cualquier copa internacional era como un estigma, como algo imposible de alcanzar, una utopía”, contó Fernández con respecto a aquel certamen”.
¿Cómo lo logró San Lorenzo?
El 24 de enero de 2022 se jugó la final de vuelta y San Lorenzo esperaba ansioso por quedarse con el trofeo ante Flamengo. Leandro Machado abrió la cuenta para el “Mengao” a los 10 de la primera parte y a los 22 del complemento llegó el empate de Raúl “Pipa” Estévez que calmó las aguas en el Nuevo Gasómetro. El encuentro terminó 1 a 1 –no había gol de visitante- y fueron a los penales. El visitante arrancó pateando y Juan falló su penal. Alberto “Beto” Acosta también erró y la tanda estaba igualada.
El desnivel llegó con el tanto del serbio Dejan Petkovic y Juan José Serrizuela erró el segundo para el “Ciclón”. Andrezinho puso el 0-2 en favor del visitante complicando a San Lorenzo. Leandro “Pipi” Romagnoli pateó el tercero adentro (1-2) y luego Cássio erró para el “Mengao”. Lucas Pusineri igualó las acciones y Edson convirtió (2-3). Sebastián Saja puso el 3-3 y llegaron al “mata mata”. El delantero Roma erró y quedó en los pies de Diego Capria el penal definitivo. No falló, y los de Manuel Pellegrini se quedaron con la última Copa Mercosur disputada (ese mismo año comenzaría la Sudamericana).
“Fue muy fuerte, como es la historia de San Lorenzo. Fue superar un escollo más. No recuerdo bien por qué no, pero no fui a la cancha. Fue mucha gente, el partido fue durísimo, una gran final los dos partidos. Había mucha gente, estaba todo tan desbordado, y era tanta la ilusión que antes de los penales hubo gente que se metió en la cancha y muchos con los alambrados rotos se quedaron del otro lado. Y el gol de penal de Diego Capria me hizo estallar el corazón de alegría”, sostuvo Gustavo.
Y agregó: “Estaba en la pieza de mi mamá, mirándolo por la tele y escuchándolo por la radio a todo lo que da, creo que lo escuchó todo mi barrio. Fue tan fuerte el golpe en el pecho que estuve unos segundos callado y llorando, y después empecé a saltar, gritar y festejar. Algo que no me voy a olvidar jamás. No era la Libertadores, pero era romper con un maleficio que tenía San Lorenzo con las copas internacionales y ganándole al equipo más grande de Brasil”, culminó. Meses después se sacó la espina viviendo en cancha la final de la Sudamericana 2002 y ya en 2014 la Libertadores.