La húngara Michelle Gulyas se llevó el domingo la medalla de oro en el pentatlón moderno femenino de los Juegos Olímpicos al batir el récord mundial de puntos en la última final de este deporte, en la que se utilizaron caballos antes de pasar a las carreras de obstáculos.
La francesa Elodie Clouvel se hizo con la plata tras comenzar la última láser run con una ventaja de 13 segundos, pero sufrir una serie de fallos agónicos en el tiro al blanco.
La surcoreana Seong Seung-min se hizo con el bronce.
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Gulyas terminó con 1.461 puntos, nueve más que Clouvel, cuyo tiempo en alcanzar todos los blancos durante las cuatro paradas del recorrido de 3.000 metros fue, por mucho, el más lento de las participantes.
Con un numeroso público haciendo mucho ruido, sobre todo por Clouvel, Gulyas mantuvo los nervios con brazo y mirada firmes en una tarde calurosa y luminosa.
"Durante el tiro intenté concentrarme sólo en mí misma", declaró a la prensa la joven de 23 años. "Así que pensaba: 15.000 personas, ¿a quién le importa?".
"Pero claro que me importaba porque durante la carrera me ayudaba mucho".
"Gracias a la multitud, siempre sabía dónde estaba Elodie, porque dependiendo del lado por el que corriera, la multitud era muy, muy ruidosa. Así que ni siquiera tenía que mirar atrás".
Gulyas fue la primera medallista de oro húngara en pentatlón moderno femenino desde Zsuzsanna Voros en 2004, mientras que Seong fue la primera mujer asiática en conseguir una medalla en la disciplina.
La plata de Clouvel se sumó a la que consiguió en Río de Janeiro en 2016 y estaba encantada.
"Ha sido un reto increíble", dijo. "Esta temporada he tenido realmente altibajos: una pérdida de confianza, pensé que ya no podía hacerlo, me entró el pánico".
"Hoy he mantenido la cabeza y el brazo ... Estoy muy contenta de tener esta medalla, mi segunda medalla olímpica. Es una locura".
(Reportaje de Alan Baldwin; Editado en español por Héctor Espinoza)