El arquero suplente Andrew Redmayne ayudó a Australia a ganar la tanda de penales contra Perú en el repechaje intercontinental el lunes, pero dijo que no es un héroe sino alguien que cumplió con su trabajo para que la selección juegue su quinto Mundial consecutivo.
El veterano meta, de 33 años, jugó su tercer partido internacional al entrar a tres minutos del final de la prórroga y detuvo el último lanzamiento de la tanda para que los Socceroos se impusieran 5-4 en los penales, después de que el partido y el alargue terminaran sin goles.
"Es un muy buen atajador de penales e hice algo que pudo afectarlos mentalmente", explicó el entrenador Graham Arnold, con voz entrecortada, en la rueda de prensa posterior al partido. "Probablemente se estaban preguntando: '¿Por qué metió a este tipo? Tiene que ser bueno'".
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"Tal vez esa fue la razón por la que ese remate dio en el poste. Es un esfuerzo mental del 1% para molestar a los lanzadores de penales de Perú. Fue un riesgo, pero funcionó", agregó en referencia al remate del peruano Luis Advíncula.
Las payasadas de Redmayne fueron ciertamente una distracción. Bailó y saltó a lo largo de la línea, agitando los brazos con furia, meneando las caderas y moviéndose de lado a lado en el estadio Ahmad bin Ali.
"No tengo palabras. Es un juego de equipo, es un esfuerzo de equipo, así que no puedo atribuirme más mérito que cualquiera de los otros 27 (jugadores) que están aquí", dijo Redmayne.
"Se planteó la idea de que esto podría ocurrir y durante las dos o tres semanas que hemos estado aquí (en Qatar), lo he tenido en mente. He estado trabajando en algunas cosas en los entrenamientos, pero finalmente es una moneda al aire, es la derecha o la izquierda".
"No soy un héroe, sólo he cumplido con mi papel, como todos los demás esta noche", añadió Redmayne.
Con información de Reuters