Lionel Messi volvió a demostrar su potencial y acalló voces una vez más. La "Pulga", injustamente cuestionado por "no aparecer", rompió el cero en un duelo muy parejo y cerrado ante México cuando las papas quemaban. Fue difícil atravesar la defensa impuesta por Gerardo "Tata" Martino para evitar los ataques de la Selección Argentina. Las situaciones de gol no abundaron en la mitad inicial y en el complemento no sólo llegó el gol en los pies del astro rosarino, sino que luego Enzo Fernández puso el broche para cerrar un partido que, a priori, era muy complicado. Sin embargo, la llave maestra para abrirlo la tuvo Lionel que, con su grito, acrecentó la ilusión y emocionó a más de uno.
Mientras el encuentro estaba 0 a 0, la tensión se apoderó de todos, no había profundidad en los ataques, la pelota no entraba y Guillermo "Memo" Ochoa esperaba que le pateen para lucirse. Pero claro, enfrente tenía al futbolista que se calzó la 10 de la "Albiceleste" y la cinta de capitán para llevar al equipo a la gloria. Tal es así que sin perder la calma, y como hizo en otros mundiales desde 2006 en adelante, apareció para darle una alegría tremenda cuando el reloj pisaba los 20 del segundo tiempo. Por supuesto, no fue la primera ocasión en la que hizo explotar las gargantas con un golazo suyo.
Si bien el primero lo marcó en la Copa del Mundo disputada en Alemania 16 años atrás, Lionel Messi también participó de Sudáfrica 2010, en Brasil 2014 y en Rusia 2018. Los primeros cuestionamientos a su nivel se dieron cuando formaba parte del plantel comandado por Diego Armando Maradona. Los goles en aquel torneo no llegaron y claro, el principal apuntado por "ser el mejor y romperla en el Barcelona" fue él y nadie más que él. Por supuesto, eso no terminó ahí.
En Brasil rompió el maleficio siendo el autor de un tanto de la "Albiceleste" contra Bosnia y apareció en la última jugada ante Irán. La Selección lo necesitaba porque no tuvo una buena tarde ante el conjunto iraní y el rosarino marcó un golazo inolvidable -casualmente en el segundo partido del certamen- para encaminarse a los octavos de final. No sólo se quedó con eso, sino que también le convirtió en dos ocasiones a Nigeria -con uno de tiro libre incluido-. Ya en octavos asistió a Ángel Di María en gol contra Suiza y a medias al "Pipa" Higuaín en cuartos ante Bélgica. Las semifinales ante Países Bajos fueron durísimas, pero el 10 hizo todo fácil cuando le tocó patear el penal en la tanda y en la final tuvo muchas situaciones para desnivelar el marcador contra Alemania. Claro, nuevamente fue acechado por los anti-Messi por no convertir en uno de los mejores momentos de su carrera.
Antes de llegar al Mundial de Rusia, y mientras el equipo no funcionaba bien, metió a la Selección Argentina entre los clasificados con tres goles contra Ecuador cuando la "Albiceleste" de Jorge Sampaoli -con Scaloni en el cuerpo técnico- perdía 1 a 0 en Quito. Ya en la Copa, contra Islandia erró el penal -atajado por el arquero-, pero ante Nigeria bajó un pelotazo infernal de Éver Banega y definió cruzado ante la salida del portero africano para poner el 1 a 0 que más tarde cerraría Marcos Rojo con el 2 a 1 a pocos minutos del final. Contra Francia tampoco desapareció y siempre empujó para que el equipo vaya al frente -de hecho hasta estuvo muy cerca del empate-.
Este 26 de noviembre, el mejor del mundo dejó atrás todo tipo de críticas de nuevo y alcanzó su octava alegría en el torneo con la que igualó a Diego Maradona y quedó a dos de Gabriel Omar Batistuta. Cuando México complicó el panorama al elenco nacional, el 10 sacó un tremendo remate que el portero "Azteca" no pudo desviar y logró que miles de gargantas vuelvan a gritar un gol de su autoría, como sucedió días atrás ante Arabia Saudita en el mismo Mundial. Se vendrán más partidos de ahora en adelante, más tiros libres y penales para que el 10 patee como sabe hacerlo, pero no hay dudas que siempre aparecerá, porque tiene un sueño pendiente y, una vez más, dejó en claro que va por eso.